¿Ruptura de relaciones COB-Gobierno?

En semanas recientes las cálidas relaciones que existían entre la matriz de los trabajadores del país y el gobierno del MAS registraron un notable enfriamiento, el mismo que resulta más notorio sabiendo que esa amistad era de lo más firme desde hace algunos años, cuando la COB se incorporó al denominado Conalcam y terminó de furgón de cola de este organismo oficialista.

Ese rompimiento habría sido prácticamente consumado, según declaraciones de su principal dirigente, Guido Mitma, quien aseveró que fue “el Gobierno” el que rompió la alianza con la organización por la clausura de la fábrica Enatex y la destitución de alrededor de mil obreros y la no recontratación de 180 de ellos. Pero, principalmente -aseguró Mitma- se debió a que “la COB quiere recuperar su independencia sindical y política”.

Funcionarios oficialistas hicieron en varias oportunidades esfuerzos para superar ese impasse, pero las charlas no dieron resultado y, más bien, las diversas negociaciones terminaron en el fracaso y los obreros salieron más radicalizados, amenazando, además, con salir a las calles y realizar nuevos bloqueos, similares a los que efectuaron a principios del mes pasado, los mismos que, en medio de tres huelgas sectoriales, ganaron los centros urbanos, aunque terminaron siendo reprimidos por policías, inclusive con armas de guerra.

Inicialmente la COB se incorporó a Conalcam, cuando este conjunto de “movimientos sociales” se proponía conquistar objetivos abstractos y nebulosos, pero que en cuanto ellos fueron alcanzados, dicha alianza se rompió en su integridad porque ya no había quién resuelva las demandas concretas de cada una de las clases (o movimientos sociales) que integraban Conalcam.

Rota la alianza de los movimientos sociales, la gota de agua que rebasó la copa fue el asunto de la firma estatal Enatex que debió ser cerrada por el Gobierno en vista de no poder sostenerse económicamente y estar al borde de la quiebra. Ese estado de cosas hizo que la clase obrera del país decida recuperar su independencia sindical y política y, en esa forma, dejar de constituir “furgón de cola” del oficialismo y reiniciar la lucha por sus propios objetivos históricos.

Un dirigente obrero, Oscar Tapia, declaró al respecto que “Los que asisten a la convocatoria del Conalcam son los que tratan de tergiversar el movimiento sindical del país (…) y no tenemos nada que coordinar con ellos” y que se asumirá una agenda política independiente. Enseguida, Guido Mitma, después de un ampliado cobista, anticipó que se planteará una ruptura de la alianza con el Gobierno, opinión que fue respondida por la Coordinadora nacional.

Dentro del movimiento obrero existe una fuerte corriente que insiste en que la COB debe ser un nuevo organismo de sindicatos de obreros libres y no una agrupación gremial de pequeños empresarios y pequeño burgueses que practican intensa explotación a obreros, contraria a los intereses de la clase obrera y que encontró como su aliado natural al oficialismo.