Los españoles llegaron a esta parte de América en 1532, anoticiados de las riquezas que tenía en su suelo, en especial el oro, y encontraron una sociedad organizada en un imperio, el Tahuantinsuyo. Esta región era conocida por el Kollado o tierra de los kollas y constituía el Kollasuyo, es decir uno de los cuatro suyos del imperio incaico.
El imperio incaico y, por supuesto, el kollado fueron conquistados por los bravos guerreros y ambiciosos hispanos, que organizaron el virreinato del Perú y nosotros nos constituimos en Alto Perú, aportando al tesoro real español con ingentes cantidades de metales, oro y plata, de tal manera que el reino de España se convirtió en una potencia mundial.
La presencia de los españoles determinó el sometimiento de los aborígenes y en consecuencia la desaparición de las castas incaicas (aunque a los nobles que servían al reino les conservaron sus prerrogativas), y la conformación de una nueva estratificación social, los españoles nacidos en España y que tenían la propiedad de la tierra y el poder político; los criollos o hijos de españoles, pero nacidos en América; los mestizos, hijos de españoles y de indígenas; y los indígenas. Los segundos heredaron las tierras de sus padres, pero tenían poco acceso al poder, los mestizos se dedicaban al comercio y las artes, y los indígenas al trabajo de la tierra convertidos en una suerte de “siervos de la gleba”.
Criollos y mestizos encabezaron las luchas independentistas, pues se sentían más americanos que españoles, además buscaban el poder político y la propiedad de la tierra, en especial los criollos. Durante más de 15 años, a partir del 16 de julio de 1809, en que se instaló por primera vez un gobierno libre en América indohispana, lucharon por conseguir la independencia hasta conseguirla derrotando a los ejércitos españoles. El 6 de agosto de 1825 se firmó el acta de independencia y creación de la República de Bolívar y luego Bolivia.
La creación de la patria independiente y soberana fue un parto difícil, primero por la larga lucha independentista (fuimos el último país sudamericano en conseguirla) y luego porque habíamos pertenecido colonialmente a los virreinatos del Perú y de Buenos Aires, países ya independientes que pretendían que debíamos ser parte de ellos. Si bien en el congreso reunido en la ciudad de La Plata o Charcas (hoy Sucre) por convocatoria del Mariscal Antonio José de Sucre, para tratar el asunto del futuro del Alto Perú, había dos fuertes corrientes, una pro peruana y otra pro argentina, se impuso una tercera, la independencia no solo de España, sino del Perú y Argentina.
Los primeros momentos de la nueva República de Bolivia fueron difíciles, debido al empobrecimiento del tesoro público colonial que por la larga lucha armada estaba agotado, pues no había recursos ni para sustentar a las tropas del ejército colombiano, no se construyó caminos, todas eran sendas de herradura y luego vino una lucha por el poder, alimentada desde dentro y fuera del país, de tal manera que se echó del poder al Mariscal Sucre.
Con su presencia en el poder, el Mariscal Andrés de Santa Cruz edificó el país con normas, organizando el tesoro público, la milicia y el aparato administrativo del Estado, convirtiendo a Bolivia en una potencia regional, que levantó los celos de los países vecinos, más aún cuando Santa Cruz organizó la Confederación Perú Boliviana, salvando a nuestro país hermano de la anarquía y la guerra civil. Así Chile se levantó en armas contra la Confederación, siendo derrotado su ejército en Paucarpata, arremetiendo una vez más hasta liquidar ese proyecto, con la complicidad de algunos peruanos y bolivianos. Más tarde en Ingavi se consolidó la independencia nacional.
El Siglo XIX, con excepción del gobierno de Santa Cruz y Belzu, fue de una intensa lucha caudillista por el poder y la pérdida de litoral sobre el océano Pacífico y el Acre. El Siglo XX amaneció con los liberales en el poder y su aporte en educación y servicios modernos en algunas capitales departamentales, pero la Guerra del Chaco sacudió al país, donde también perdimos miles de kilómetros de territorio, pero salvamos el petróleo. Como resultado de esta contienda y el agotamiento del viejo esquema político, devino la Revolución Nacional que, con sus medidas, modernizó el país, superando el atraso feudal.
En este tiempo como ayer, son la pobreza, corrupción, bajo nivel de desarrollo humano y la pérdida de valores cívicos y ciudadanos, los males que nos aquejan, producto de los malos gobiernos y del caudillismo ilustrado o bárbaro, como lo sentenció Alcides Arguedas. Sólo la educación del pueblo y el amor a la Patria nos proyectarán al futuro que anhelamos.
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