YPFB para fortalecer su estrategia productiva está obligada a desarrollar múltiples actividades, principalmente en la búsqueda de nuevas reservas de gas y petróleo, haciendo inversiones en exploración, porque de ella depende el hallazgo del oro negro. Es el primer eslabón de la industria y del negocio petrolero, es la savia vital que nutre, vigoriza y fortalece la salud económica del país.
El optimismo de encontrar nuevas reservas de hidrocarburos quedó rezagado, no se descubrió nuevos campos petroleros de la magnitud de los campos petroleros antiguos (San Alberto, Margarita, Itaú, etc.) que todavía contribuyen con más del 80% de su producción para el mercado interno y para la exportación, mientras las empresas petroleras transnacionales se hallan abocadas a desarrollar y explotar aceleradamente las reservas existentes sin la correspondiente reposición, con el riesgo de su agotamiento paulatino.
Para corroborar esta aserción citamos algunos párrafos de la revista técnica de YPFB (2013): “Lo que estamos haciendo es acelerar la explotación de los campos maduros existentes, por tanto habrá una disminución de nuestras reservas probadas. Las operadoras han priorizado la monetización acelerada de las reservas existentes a través de la exportación”. “Los campos petroleros atraviesan por una franca declinación”, etc.
EXPLORACIÓN
Expertos en materia energética consideran que por el elevado costo de operación en la perforación de pozos exploratorios, muchos países prefieren no arriesgar los recursos del Estado, particularmente de los países pobres y subdesarrollados como el nuestro.
Por experiencia recomiendan que el Estado traslade el riesgo exploratorio a las empresas petroleras transnacionales que cuentan con capitales extraordinarios destinados a la exploración de pozos, con el riesgo de ir a “Fondo perdido”, porque no existe la certeza de encontrar petróleo.
En el supuesto caso de que el Banco Central de Bolivia (BCB) conceda crédito a YPFB para invertir en exploración, los analistas del tema vaticinan que sería un grave error porque se estaría comprometiendo las reservas internacionales netas (RIN) poniendo en riesgo la estabilidad económica, política y social del país.
BLOQUE LLIQUIMUNI
La buena noticia recibida por parte de las autoridades de YPFB causó beneplácito y algarabía en la paceñidad, al conocer la potencialidad productiva y la alta rentabilidad pronosticada por la perforación del pozo exploratorio en el “bloque Lliquimuni” del departamento de La Paz, consistente en 50 millones de barriles de petróleo y un trillón de pies cúbicos de gas diariamente (13-2-2016).
Pero el rimbombante anuncio resaltó fugaz, de corta duración, pues resultó un rotundo fracaso, tipificado por propios y extraños como un “show político” engañoso, con un costo millonario de operación de 540 millones de dólares, según la Agencia de Noticias ANF (ED-30-3-2016) ¡Qué tal la inversión millonaria a fondo perdido!
Es necesario que el Gobierno corrija sus deficiencias y proceda a dictar disposiciones adicionales a la Ley de hidrocarburos que permita promover y garantizar la inversión privada, particularmente para exploración en busca de nuevas reservas de gas y petróleo.
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