Elsa Añamuro C.
Si eres un adulto mayor, de la Tercera Edad, quiere decir que has sobrepasado los 60 o 65 años de edad.
La persona que escribe estas líneas ha rebasado ya los 65 años, la misma que piensa que, en nuestra situación de adultos mayores, debemos gozar de ciertos privilegios amparados por la ley y que ciertamente los demás, los que nos rodean, parecen olvidar o ignorar. Es más, nos hacen sentir como seres inútiles e incapaces para realizar cualquier actividad, como adquirir nuevos conocimientos, estar acordes con ciertos adelantos tecnológicos de acuerdo con nuestra capacidad mental y otros.
Es verdad que como adultos mayores tenderemos a la depresión y al desgano de vivir, también es verdad que sentimos un marcado deterioro en nuestro organismo, debido al desgaste del mismo y a la descalcificación en los huesos, con las consiguientes consecuencias como artritis, artrosis, etc. Los años no pasan en vano. Pero si consideramos que la vejez es un proceso normal y natural con todas sus desventajas psíquicas, neurológicas y mentales, debemos aprender a aceptarlo con todas sus variantes.
Otros cambios notorios a medida que envejecemos se refieren al deterioro del sistema nervioso y el cerebro.
La reducción en el pensamiento, la memoria y la capacidad cognitiva es una parte normal del envejecimiento. Estos cambios no son iguales en todas las personas y no siempre están relacionados en su capacidad para pensar.
La demencia y la pérdida importante de la memoria no son una parte normal del envejecimiento. Pueden ser causadas por enfermedades cerebrales como el mal de Alzheimer, diabetes mal controlada y otras.
Pero, ¿qué hay del cerebro? ¿Cómo afecta la edad en el funcionamiento cerebral?
Los adultos mayores deberíamos saber que no es sino del cerebro de donde provienen alegrías, penas, deleites, risa, diversiones, aflicciones, abatimiento, lamentaciones, dolores y otros. Allí también adquirimos sabiduría y conocimiento, vemos, oímos y distinguimos lo bueno de lo malo.
Comúnmente se creía que las neuronas (células nerviosas) en el cerebro tenían una vida útil y que luego se iban muriendo sin regenerarse, dando lugar a un debilitamiento en la capacidad cerebral.
Las últimas investigaciones científicas demuestran que la actividad mental modifica el cerebro.
Estudiosos alemanes e ingleses después de un intenso trabajo han llegado a las siguientes conclusiones:
- Los seres humanos podemos crear neuronas a lo largo de toda la vida.
- El esfuerzo para crear nuevas neuronas puede incrementarse mediante el esfuerzo mental. Es decir, las neurona nuevas se multiplican con especial intensidad en distintas zonas cerebrales.
- Esto demuestra que en las personas mayores se experimente un proceso volitivo de su cerebro, según la actividad que realicen, con lo cual llegan a convertirse en personas sabias en la vejez.
- Adquirir nuevos conocimientos no sólo mantiene a los adultos mayores psicológica y efectivamente conectados en el mundo en el que viven, sino que además ayuda a seguir moldeando su cerebro y a promover su salud mental.
- Por lo tanto, incrementar la estimulación cognitiva (conocimiento) evita el deterioro cognitivo.
Por estas razones y algunas más, es necesario promover en los adultos mayores una activa vida mental y física. Sugerimos: resolver crucigramas; tener conversaciones estimulantes y sanas; ocuparse de lecturas provechosas; escribir un diario como ayuda memoria; aprender un idioma o querer dominarlo; hacer ejercicios para estimular la memoria; descubrir aptitudes literarias en poemas, relatos, etc.; aprender computación; actualizarse en el manejo de aparatos con tecnología actual, como celulares digitales, computadoras portátiles y otros; aprender un nuevo oficio o actividad; renovar el conocimiento permanentemente; hacer ejercicios físicos moderados que ayudarán a la buena circulación de la sangre en el cerebro y reducirán la pérdida de neuronas.
Todo esto favorece a la renovación permanente del conocimiento acompañado de una actitud positiva.
Actitud, quiere decir la forma de reaccionar en la vida y frente a los problemas de la misma.
¿Cómo debes reaccionar en tu papel de adulto mayor frente a los problemas de la vida y de tu organismo?
Un proverbio de la Biblia dice: “No hay mejor medicina que tener pensamientos alegres. Cuando se pierde el ánimo, todo el cuerpo se enferma (Prov.17:22). O sea la clave está en la actitud, o alcanzas tus metas o te rindes fácilmente. O ves lo mejor de cada situación y desechas lo peor.
El consejo sería, sé positivo en todo lo que tengas que enfrentar. No regreses demasiado al pasado con recuerdos que te puedan lastimas. Vive el presente y agradece por la vida que tienes. Hazlo todo de buen ánimo. Libérate de los dolores físicos si los tienes, pensando que no los tienes. Ahí, tu cerebro estaría actuando positivamente.
Tres consejos: No seas pesimista, concéntrate en lo bueno y ayuda a los que puedas, porque hay más felicidad en dar que en recibir.
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