[Hernán Zeballos]

Agua: Problemas en Bolivia y el mundo

• En 2025 la demanda de este elemento tan necesario para la vida será un 56% superior que el suministro


EL PAÍSTIENE UNA GRAN DISPONIBILIDAD DE AGUA DULCE. EN AMÉRICA LATINA ES UNO DE LOS DE MAYOR OFERTA DEL LÍQUIDO ELEMENTO POR HABITANTE.
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El presente documento es el conjunto de artículos que fueron publicados en las ediciones de los días jueves entre abril 29 y agosto 10 del 2016.

PROBLEMA MUNDIAL

El reciente retorno en la agenda nacional de los problemas sobre aguas con el Silala, Lauca, desecación del Poopó, contaminación del Titicaca y sequías en varias partes del país me llevaron a preguntarme si este es solo un problema nacional o es algo de mayor cobertura geográfica.

Una revisión rápida sobre este asunto en GOOGLE me causó gran impacto. El problema del agua es un problema mundial.

Lo más destacado: “El agua brota como el mayor conflicto geopolítico del siglo XXI. Se espera que en el año 2025 la demanda de este elemento tan necesario para la vida humana será un 56% superior que el suministro... y quienes posean agua podrían ser blanco de un saqueo forzado. Se calcula que para los 6.250 millones de habitantes a los que hemos llegado se necesitaría ya un 20% más de agua”.

Parecería ser que el agua es un recurso que se da como de fácil disponibilidad en muchos lugares, pero es muy escaso para los 1.100 millones de personas que carecen de acceso al agua potable, a las que habría que sumar otros 2.400 millones de personas que no tienen acceso a un saneamiento adecuado.

Según apunta la OMS, millones de habitantes de los países subdesarrollados, la mayoría niños, mueren todos los años de enfermedades asociadas con la falta de agua potable, saneamiento adecuado e higiene. Además, casi la mitad de los habitantes de los países en desarrollo sufren enfermedades provocadas, directa o indirectamente, por el consumo de agua o alimentos contaminados, o por los organismos causantes de enfermedades que se desarrollan en el agua. Con suministros suficientes de agua potable y saneamiento adecuado, la incidencia de algunas enfermedades y la muerte podrían reducirse hasta un 75 por ciento.

Casi la mitad del agua de los sistemas de suministro de agua potable de los países en desarrollo se pierde por filtraciones, conexiones ilícitas y vandalismo. A medida que la población crece y aumentan los ingresos se necesita más agua, que se transforma en un elemento esencial para el desarrollo.

Este recurso es un bien tan necesario que podría pasar a ser objeto de peleas políticas, si se lo observa sólo como un negocio: represas, canales de irrigación, tecnologías de purificación y de desalinización, sistemas de alcantarillado y tratamientos de aguas residuales. No debe olvidarse el embotellamiento del agua, puesto que es un negocio que supera en ganancias a la industria farmacéutica.

La apropiación internacional de los recursos hídricos del planeta se estaría dando de dos maneras: La apropiación territorial: esto podría realizarse mediante la compra de tierras con recursos naturales (agua, biodiversidad), tampoco se desestima un conflicto militar. Esta última hipótesis, se produjo con la guerra (Marzo 2003) y la apropiación de las grandes petroleras estadounidenses de los recursos iraquíes. No se desestima que con esa guerra hayan querido controlar los recursos hídricos de los ríos Éufrates y Tigris... ríos caudalosos en una de las zonas más áridas del planeta.

La privatización del agua: En los últimos tiempos, las grandes corporaciones han pasado a controlar el agua en gran parte del planeta y se especula que en los próximos años, unas pocas empresas privadas poseerán el control monopólico de casi el 75% de este recurso vital para la vida en el planeta.

El alcance del problema del agua no sólo apunta al bolsillo de cualquier consumidor, sino que es una estocada al estómago del fundamentalismo de mercado imperante en la aldea global, por lo cual todo tiene precio y con mayor razón lo que es escaso.

AGUA EN EL PAÍS

En mi columna de la semana pasada me referí al problema mundial del agua. En esta y probablemente le seguirán dos más tocaré la importancia de analizar nuestra disponibilidad de agua dulce y los problemas en materia de aprovechamiento interno, así como los problemas que tenemos sobre las aguas transfronterizas. Usaré dos fuentes principales de información: el valioso texto de Ismael Montes de Oca, su “Enciclopedia Geográfica de Bolivia”, Editora Atenea (2005) y un trabajo, con amplia difusión internacional de Fernando Urquidi Barrau, Ph. D., Academia Nacional de Ciencias de Bolivia, “Un punto de vista estratégico sobre la problemática de las aguas transfronterizas”.

Como señala Montes de Oca: “Bolivia es un país que cuenta con inmensos recursos hídricos, tanto superficiales como subterráneos, que han sido aprovechados en una escala muy pequeña. Los recursos hídricos superficiales de una determinada región provienen directa o indirectamente de la precipitación pluvial caída en su cuenca de alimentación que da lugar a ríos, lagunas, lagos y manantiales.

La Subcuenca amazónica, con más de 700.000 km2, significa el 65,7%; la Del Plata, con 226.000 kms2, constituye el 20,5%; y la subcuenca altiplánica con algo más 154.000 kms.2, el 13,8%. De lejos la cuenca amazónica es la más grande.

Como destaca Urquidi: “Situada en la posición 20 entre los países con mayor disponibilidad de agua en el mundo, Bolivia tiene una gran disponibilidad de agua dulce. Asimismo, Bolivia es en América Latina uno de los países de mayor oferta de agua dulce por habitante, aproximadamente 50,000 m3/ hab./año. Sin embargo, su potencial hídrico en sus cuatro macrocuencas, tanto superficial como subterránea, no ha sido completamente determinado ni explorado. La distribución espacial y temporal de este importante recurso no es homogénea en todo el territorio nacional. Existen zonas donde se halla una mayor disponibilidad de agua, con altas precipitaciones anuales, pero en casi la mitad del territorio este recurso es escaso y existe un déficit hídrico.”

Frente a este cuadro, conviene recordar la frase admonitoria de Alfonso Gumucio Reyes: en el futuro los “ríos no llegarán al mar”, señalando algunos ejemplos en África y Asia, de ríos que son aprovechados en su totalidad tanto para consumo humano como para riego, generando problemas internacionales.

En el caso boliviano, al tener una extensa frontera acuática, los cuestionamientos sobre el derecho y uso del agua contigua y compartida son inevitables y dan lugar a una problemática de agua transfronteriza que requiere una permanente gestión y vigilancia para que exista una pronta solución a cualquier controversia o litigio, tal como los casos del Silala, el Lauca, el Mauri y con seguridad se generarán algunos problemas si Bolivia no está atenta a sus convenios con Brasil, en torno al uso que se ha iniciado ya de las aguas del río Madera, en la frontera norte de nuestro país.

Adicionalmente, cada año el país es azotado por sequías, granizos, inundaciones y otros fenómenos climáticos que en muchos casos son impredecibles y agravados por fenómenos como El Niño y La Niña, lo cual genera problemas de escasez a las poblaciones de la parte andina del país.

Pero, pese a la abundancia de los recursos hídricos de agua dulce, algunas ciudades y poblaciones rurales del país son afectados por la escasez, debido a la carencia de políticas departamentales o municipales que no realizan las inversiones necesarias para atender tales necesidades. Una muestra es el reciente pronunciamiento del señor Vicepresidente de la República, sorprendido por la mala dotación de agua a la capital tarijeña, pese a que este Departamento dispuso en los pasados 8 años de cuantiosos recursos financieros, al ser uno de los principales exportadores de gas y, por tanto, dispuso de importantes transferencias de dinero al Departamento. Ver mapa 1.

PROBLEMAS POR EL AGUA

En el artículo anterior me referí a la gran ventaja que tiene Bolivia con una disponibilidad de agua dulce de 50.000 m3/hab./año, con un problema básico: las fuertes diferencias en la disponibilidad en la parte andina, con relación a la amazónica. En torno a ese punto de partida, en esta oportunidad me referiré a los problemas que se han confrontado en un periodo bastante reciente y que ameritan reflexionar seriamente en torno al manejo de estos recursos.

Al problema del Silala, que ha vuelto a ser puesto como un tema nacional que no debe descuidarse en la relación con Chile, siguen pendientes los problemas del Lauca (en aimara: lawq’a, ‘pasto acuático’) es un río binacional que se origina en el altiplano andino chileno de la Región de Arica y Parinacota y, luego de cruzar la cordillera de los Andes, desemboca en el lago Coipasa, en Bolivia, que ha sido totalmente desviado hacia Chile - y el Mauri desviado al valle de Azapa (Chile) . A ello hay que añadir la virtual desaparición del lago Poopó que se ha dado en la presente estación de lluvias, lo cual significa la muerte o la migración de las poblaciones que dependían de este recurso natural y además muy importante para el sistema ecológico del altiplano. A ello, se añaden las denuncias sobre la creciente contaminación del Titicaca, que afectan la calidad de sus aguas y su importancia como un atractivo natural vinculado al turismo.

En el departamento de Tarija un problema reciente es el de las lagunas de Tajzara. Según el Servicio Nacional de Áreas Protegidas “de las cinco lagunas que existen entre la comunidad de Pujzara, Tajzara y Copacabana, las tres más pequeñas: Patanca, Pasajes y Yesal, que suelen secarse cada año, pero las principales Laguna Grande y Laguna Brava habrían disminuido su caudal en un 50%, causando seria preocupación a las comunidades vecinas”.

En Cochabamba, el problema reciente de virtual desecación del embalse de la Angostura, lo que obligó a cerrar las compuertas de la presa, dejando sin agua para el riego al valle central, es una seria catástrofe para los pequeños agricultores que abastecen a la capital de este Departamento.

A lo anterior hay que añadir un pequeño pero significativo problema para la ciudad de Cochabamba, la contaminación de ese pequeño reservorio de agua, la laguna Alalay, que dio lugar a la muerte peces y aves, como una muestra del mal manejo que se hace o no de nuestros recursos hídricos.

Pese a todos estos problemas, resulta sorprendente que ese proyecto clave para el Departamento, Misicuni, no se concluya hasta el momento, habiendo ya transcurrido diez años desde que se ejecutó el túnel del trasvase de aguas. Los agricultores, la ciudad y el sistema de provisión de energía requieren la conclusión de esta obra.

La ciudad de La Paz, si bien este año, según informaron las autoridades del área, no tendrá problemas de abastecimiento de aguas, porque sus embalses para este propósito, a mediados de marzo se encontraban llenos, sin duda, se halla seriamente amenazada para el futuro, debido al deshielo de sus glaciares, cuya mejor muestra de esta amenaza es la desaparición del nevado Chacaltaya. Y muy próximo a su desaparición está el Tuni Condoriri. Sobre este particular, el Grupo de Trabajo “Cambio Climático y Justicia” señala que desde los años 70 han desaparecido el 30% de los glaciares, lo cual ha provocado que las provisiones de agua también se reduzcan en un 12%. Por ello, son necesarias medidas para evitar desabastecimiento a futuro en el principal centro urbano del país.

Todo lo anterior amerita una clara reflexión y la necesidad de coordinación entre numerosos actores para encarar medidas de política de corto y mediano plazo.

AGUAS TRANSFRONTERIZAS

Retornando al tema aguas, me referiré al tema señalado con el título de esta columna. Según nos informa Urquidi: “Bolivia es simultáneamente un país de aguas arriba y de aguas abajo. Como país aguas arriba, sus aguas escurren hacia los países vecinos a través de las macrocuencas del río Amazonas (Brasil), del Río de la Plata (Argentina y Paraguay) y del Océano Pacífico (Chile). También recibe aguas abajo en la macrocuenca del Altiplano o endorreica, específicamente en el lago Titicaca (Perú) y los ríos Mauri (Maure en Perú) y Lauca (Chile), y en la macrocuenca amazónica, a través del río Madre de Dios (Perú). Por eso, lo que se decida sobre aguas arriba tendrá una incidencia directa en el momento que se negocie aguas abajo. Además, el continuo incremento de la demanda del recurso hídrico, especialmente en la industria minera, la agricultura e hidroenergética de los países vecinos, está causando conflictos hídricos transfronterizos.”

Pese a tener varios convenios internacionales firmados sobre esta materia Sin embargo, “Bolivia no es signataria de las dos convenciones más importantes sobre aguas superficiales y sobre aguas subterráneas existentes. La primera, la Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho de los Usos de los Cursos de Agua Internacionales para Fines Distintos a la Navegación (1977), que no ha sido suscrita por Bolivia y, la segunda, la Convención sobre Acuíferos Transfronterizos, que continúa en discusión y no ha sido aún aprobada ni implementada.”

Algunos de los problemas principales que el país enfrenta: Caso río Madera. Durante los años 2001 y 2002, con licencia del Gobierno del Brasil, las empresas brasileñas Furnas Centrais Eléctricas SA y la Constructora Noberto Odebrecht SA realizaron un estudio del inventario hidroeléctrico del río Madera, en territorio boliviano, y del río Madeira, en territorio brasileño, y determinaron la ubicación de cuatro plantas hidroeléctricas.

Personalmente, en mi condición de Superintendente General del SIRENARE, estuve involucrado en el debate sobre el tema de los estudios y construcción de las dos presas en territorio boliviano. Después de varios meses de análisis y discusión entre ambos países, un Comité Interministerial (Relaciones Exteriores, Defensa, Recursos Naturales), presidido por el Ministro de Obras Públicas de ese entonces, don Mario Moreno Viruez, se decidió postergar los estudios en la parte boliviana y mediante el D.S. 28389, de 6 de Octubre del 2005, se encomendó a ENDE realizar el estudio hidroeléctrico del río Mamoré – Madera y del río Beni, los cuales deberían concluirse en un plazo de doce meses y el art. 8 disponía “en tanto el Estado desarrolle y concluya los estudios en cuenca del río Mamoré-Madera y del río Beni, se suspende el tratamiento de solicitud y consiguiente otorgamiento de licencias, licencias provisionales y concesiones sobre esta cuenca”.

Lamentablemente, el plazo no se cumplió. Posteriormente, bajo la actual administración gubernamental, el proyecto que contemplaba dos presas en Bolivia fue sustituido por el proyecto Cachuela Esperanza. Según informe preparado por Juan Carlos Guzmán, de la Plataforma Energética – CEDLA, el estudio encargado por ENDE a la consultora canadiense TECSULT, por 8,2 millones de US$, que incluía varios componentes, entre ellos incluía el estudio de factibilidad y diseño final del proyecto hidroeléctrico Cachuela Esperanza, de 800 MW, que debería estar concluido en 18 meses.

El estudio en la parte de factibilidad económica determinó un costo de US$ 2.000 millones; sin incluir la red de transmisión, generaría electricidad a un costo superior al costo actual en el Sistema Interconectado de Bolivia.

Posteriormente, se rescindió el contrato con Tecsult y se firmó una “carta de intenciones” con la Corporación Nacional China SINOHYDRO.

Para concluir no hay una última definición sobre este proyecto que, en mi opinión, tiene una importancia extraordinaria para el aprovechamiento de los recursos hídricos de esta cuenca.

CUENCA DEL PLATA

Prosiguiendo con el tema de los recursos hídricos del país, cabe señalar que debido a la irregular distribución de las precipitaciones pluviales, y en función de la magnitud de las cuencas receptoras, se puede indicar que la macrocuenca del Amazonas tiene la mayor disponibilidad de aguas superficiales, y la macrocuenca del océano Pacífico la menor. Se estima que por la macrocuenca del Amazonas fluyen 180,000 millones de metros cúbicos al año (Mm3/año), por la macrocuenca del Plata 22,000 Mm3/año (Datos Montes de Oca y Jorge Urquidi).

La macrocuenca del Plata, que es compartida por Brasil, Bolivia, Argentina y Uruguay, y en nuestro territorio cubre los departamentos de Potosí, Oruro, Chuquisaca y Tarija, tiene enorme importancia para los departamentos de Chuquisaca y Tarija y los problemas transfronterizos requieren especial atención.

Particularmente, interesa destacar la importancia de la cuenca del Pilcomayo la que, según datos del Ing. Antonio Bazoberry, su caudal es de 6000 millones de m3/año, lo cual permitiría satisfacer la demanda para riego de mínimo 320.000 Has. En tanto que la subcuenca del Pilcomayo es de 23.210 Kms2 aporta con 2000 millones dem3/año, y se calcula que pueden producir aproximadamente 2.300.000 Kw. de energía hidroeléctrica.

Entre los años 1975 -77 se llevó a cabo un estudio para el “Desarrollo de una Cuenca Hidrográfica Multinacional - Plan para el Uso Múltiple del Pilcomayo (Argentina, Bolivia, Paraguay), el cual fue financiado por el BID”.

“El estudio de la Cuenca del Río Pilcomayo se llevó a cabo para encontrar formas de regular y desarrollar el río Pilcomayo y su cuenca trinacional de 272 000 km2. El DDR ayudó al Instituto Nacional de Ciencia y Técnica Hídricas (INCyTH) de Argentina, a la Subsecretaría de Asuntos Económicos del Ministerio de Relaciones Exteriores del Paraguay, y al Ministerio de Transporte, Comunicación es y Aeronáutica Civil de Bolivia a preparar propuestas por un total de 1 070 millones de dólares en inversiones para generación hidroeléctrica. Además de ocho presas, el equipo de estudio también propuso proyectos de riego, planes de desarrollo agrícola y programas de desarrollo ganadero. Los tres gobiernos solicitaron el estudio de seguimiento (1979-80) de un área tripartita más pequeña dentro de la cuenca, en el que se propuso la inversión adicional de 380 millones de dólares.” (Fuente: Informe BID).

Como señala una parte del informe: “En el diseño de un estudio tan ambicioso, deben considerarse factores de tipo político, económico, físico e institucional...”

Como señala otra parte del informe: “También debieron tomarse en cuenta los acuerdos existentes que reglamentan el uso del agua en las cuencas del Pilcomayo y del río de la Plata. Existían acuerdos de este tipo entre Argentina y Bolivia (1971) y entre Argentina y Paraguay (1958,1967 y 1971), pero no entre Bolivia y Paraguay.”

En junio del 2013 el periódico El Deber informaba: “el otrora caudaloso rio Pilcomayo ahora agoniza. Cada año se secan 5 km y la pesca se redujo un 92% en la última década. Desaparece el sabroso sábalo, 12.000 indígenas sufren y empiezan a talar los bosques del Chaco boliviano”.

Una expedición de investigadores que realizó el recorrido concluye: “El Pilcomayo, al pertenecer a tres países y a varios municipios, no ha encontrado un plan estratégico para que curen sus heridas y luchen por su supervivencia. Lo que se hizo, hasta ahora, fueron programas aislados, esfuerzos separados, pese a que existe una Comisión Trinacional de la que las cancillerías de las tres naciones forman parte.”

Claramente, en el transcurso de los últimos 35 años, después de ese importante acuerdo y proyecto, algo no funcionó bien y se desató una catástrofe ecológica, con enorme daño a miles de personas, particularmente indígenas que ahora perecen o migran por falta de alimentos.

CUENCA ENDORREICA

Continuando con la revisión de la disponibilidad de agua dulce en nuestro territorio, ahora veremos la disponibilidad de la misma en la cuenca altiplánica o endorreica. El sudoeste del país es la región más seca, con menos de 100 mm de lluvia al año (mm/año). El Altiplano Boliviano es seco, con una precipitación entre 100 y 350 mm/año (Urquidi).

El altiplano tiene cinco subcuencas: Titicaca, Desaguadero, Poopó, Coipasa, Uyuni que constituyen el 13,8% del total de superficie de las cuencas hidrográficas del país (Montes de Oca). Es una cuenca cerrada, porque sus aguas se insumen en el Altiplano y no drenan fuera de él.

Los mayores asentamientos humanos y sus actividades productivas están concentrados en las regiones de menor precipitación pluvial del país, lo que, paradójicamente, genera escasez crónica de agua en varias áreas, problema que es agravado por la falta de obras de regulación plurianual. La cabecera de las cuatro macrocuencas del país está en la región occidental o andina (38% del territorio nacional), donde llueve menos y donde vive alrededor de 70% de la población nacional.

Debido a este contraste, entre menores precipitaciones en la parte altiplánica y siendo la zona con mayor densidad poblacional, se constituye en una región que requiere la mayor atención posible en la política nacional. A lo anterior hay que añadir los problemas por el uso de aguas con nuestros vecinos, ya que desde hace algunos años se vienen confrontando incidentes internacionales.

El caso más notorio en este momento es el anuncio de Chile de que presentará una demanda ante la Corte Internacional de la Haya, por el uso de las aguas del Silala, ya que considera que tiene derechos adquiridos, mientras que nuestro país alega de que se trata de aguas que, por ser manantiales nacidos en nuestro territorio, son aguas que le pertenecen enteramente a nuestro país. La mesa está servida para un incidente que puede tener connotaciones imprevisibles. (Ver EL DIARIO, junio 7/016).

Conviene recordar que Bolivia se ubica en las partes altas o cabeceras de las macrocuencas y los países vecinos en las partes medias y bajas. En ese marco,

se ha avanzado en procesos de gestión compartida de los recursos hídricos, y el ejemplo más relevante es la cuenca transfronteriza binacional del lago Titicaca, donde se ha avanzado más “jurídicamente” en este concepto. Las aguas de la cuenca del lago Titicaca están bajo el régimen de condominio, es decir, que cualquier acción en la cuenca por parte de Bolivia o del Perú debe ser consultada y acordada entre ambos países.

Otro caso en esta cuenca es la problemática del río Mauri (Maure) se conformó entre Bolivia y Perú la Comisión Binacional del Río Mauri, con bases operativas en La Paz y Tacna. Se considera a la Comisión como parte del Acuerdo del Lago Titicaca (ALT).

Otro problema es el de las aguas del río Lauca río binacional que se origina en el altiplano andino chileno de la Región de Arica y Parinacota y, luego de cruzar la cordillera de los Andes, desemboca en el lago Coipasa, en Bolivia.

En esta cuenca también debe tenerse muy en cuenta el lago Poopó, que, tal como se ha difundido ampliamente el 2016, virtualmente se ha desecado, lo cual implica graves problemas ambientales y económicos para el altiplano central. Este caso merece la mayor atención posible, ya que debe tenerse presente que en el pasado, tal como relata Montes de Oca, existieron lagos mucho más grandes que los actuales. Conocidos con los nombres de Mataro, Cabana, Ballivián, Minchin y Tauca. El Lago Ballivián habría sido el predecesor del lago Titicaca y ocupaba por lo menos unos 15.000 kms2.

En próximo artículo intentaré un resumen de líneas de política que deberían encararse con suma urgencia, recordando el principio de que el agua es vida.

POLÍTICAS

Sobre el tema recursos hídricos, la serie de artículos que han precedido al presente han tocado, de una manera muy sintética, dada la amplitud del tema, aspectos relativos a la importancia del agua en el mundo, la disponibilidad global en nuestro país (50.000 m3/hab./año), aunque con caudales muy distintos en las distintas cuencas, los problemas de orden interno en el uso de este recurso, los de las aguas transfronterizas, disponibilidad y problemas en la cuenca del Plata y el último, sobre la cuenca altiplánica.

Claramente se observa que cada una de las tres grandes cuencas del país confronta serios problemas, por los problemas de sequía que se han dado el presente año y problemas en torno a las aguas transfronterizas, algunos de los cuales tienen problemas pendientes por varias décadas.

Ambos tipos de problemas requieren soluciones de orden técnico, otros de carácter legal, que deben encararse con una adecuada coordinación política y de carácter técnico institucional.

Para comenzar parecería que nuestra legislación sobre esta materia tiene muy larga data y merece actualizarse. Está vigente la Ley de Aguas, de 26 de octubre de 1906.

Sobre este particular, en la Cámara de Diputados se ha presentado el proyecto de ley, “Ley marco de aguas y recursos hídricos”, propuesto en septiembre del 2012.

Este Proyecto luego de un análisis muy completo sobre esta materia propone “Corresponde al Ministerio de Medio Ambiente y Agua, junto a la Autoridad de Agua Potable y Saneamiento Básico, la responsabilidad de la conducción y dirección sectorial de los recursos hídricos, cuyo marco orgánico es el siguiente: 1) Ministerio de Medio Ambiente y Agua; 2) Autoridad de Agua Potable y Saneamiento Básico; 3) Consejo de Recursos Hídricos de Bolivia.

El Consejo de Recursos Hídricos de Bolivia (COREHB), sería un órgano consultivo, deliberativo y de asesoría para proponer y concertar políticas seguimiento y control social a la gestión del sector hídrico.

El Consejo de Recursos Hídricos de Bolivia (COREHB) estará integrado por los miembros a) Ministro de medio Ambiente y Agua, b) Ministro de Desarrollo Económico o su Representante, c) Ministro de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural o su Representante, d) Delegado de Fedecaas Y e) Delegado de los REGANTES.”

El artículo 21 (Objeto y contenido de los planes del recurso agua).- propone que “Todo el manejo de los recursos hídricos del territorio serían realizados mediante la definición de los ámbitos de cuencas, en las Secretarias de Cuenca de ríos fronterizos y transfronterizos de gestión compartida, el Gobierno Central deberá incluir un representante del Ministerio de Relaciones Exteriores.”

A su vez el artículo 68 (Creación del catastro de agua) propone: “El Ministerio de Medio Ambiente y Agua, creará un Catastro General de Obras y Recursos Hídricos, superficiales y subterráneos, en el que se señalarán, la ubicación, condición geológicas y físicas de cursos de agua, lagos, lagunas, acuíferos, pozos, vertientes y demás fuentes de agua, haciendo además la vinculación a sus dimensiones económicas, sociales y legales”.

La propuesta anterior aunque bastante completo, parecería poner énfasis en el aprovechamiento del agua para fines de riego y agua potable, siendo así que el potencial hidroenergético es muy importante y debería ser parte sustancial en torno a la política a encarar en el futuro inmediato.

En la próxima entrega me referiré a los logros específicos en los últimos años y la necesidad de disponer de un plan financiero, con un esquema como el que tiene México una cartera de proyectos que permanentemente se encuentran en estudios de prefactibilidad, factibilidad, diseño final y ejecución de obras. Esto permitiría ir avanzando para tener un mejor aprovechamiento y el establecimiento de embalses que aseguren nuestra disponibilidad de agua en el futuro.

PROYECTOS EN CURSO

Para el desarrollo de nuestros cuantiosos recursos hídricos, con miras a un aprovechamiento sostenido y para cuidar el futuro, convendría crear una Autoridad Nacional de Manejo, que articule las acciones de los ámbitos nacional, departamental y municipal. Este mecanismo debería establecer un Fondo de Financiamiento que, de igual manera, diseñe y administre un sistema de co-financiamiento con metas de corto, mediano y largo plazo. A continuación algunas referencias a los principales proyectos en curso.

Entre las primeras medidas el D. S. Nº 289 de 9 de septiembre de 2009, transfiere a título gratuito las acciones de las empresas eléctricas Corani S.A., Valle Hermoso S.A. y Guaracahi S.A., a favor ENDE, importe que actualmente forma parte del patrimonio de la empresa.

En fecha 25 de Noviembre de 2009, mediante Decreto Supremo Nº 365, se autoriza al Ministro de Planificación del Desarrollo a suscribir con el Banco Interamericano de Desarrollo – BID, en nombre y representación del Estado Plurinacional de Bolivia, el Contrato de Préstamo. El mismo fue suscrito en fecha 27 de Noviembre de 2009. El proyecto consiste en el aprovechamiento de los recursos hídricos, para asegurar el abastecimiento de agua potable a la ciudad de Cochabamba, agua de riego para el Valle Central del departamento de Cochabamba y la generación de energía hidroeléctrica, con una potencia instalada de 80 MW en una primera etapa y 40 MW adicionales con el aporte de agua proveniente de las cuencas Viscachas y Putucuni, en una etapa posterior.

En un enfoque más reciente según noticias publicadas el 18/03/2015 Bolivia apunta a cambiar su matriz energética y a exportar electricidad a países vecinos, para ello ha programado una cartera de proyectos hidroeléctricos que implican grandes inversiones. De acuerdo con declaraciones de las autoridades del país, se espera que para el 2025 Bolivia esté generando cerca de 6.000 megavatios (MW) y consumiendo en su mercado interno un promedio de 3.000 MW. El excedente se planea exportar.

¿Cuál es la situación actual de Bolivia en materia de generación, cuánto falta para alcanzar los objetivos marcados para el 2025? Haciendo un corte a septiembre de 2014, Bolivia tenía una capacidad de generación de 1.640 MW, ese volumen de energía estaba compuesto por un 33 % de energía hidroeléctrica y un 67 % de generación termoeléctrica. Mientras que la demanda había crecido, según palabras de esta autoridad, hasta los 1.200 MW.

Durante 2014 y 2015 se experimentan enormes avances en la ejecución de proyectos e implementación de sistemas, para ello el “Plan Eléctrico del Estado Plurinacional de Bolivia 2025”, el “Plan para el desarrollo de las energías alternativas 2025” y la “Agenda Patriótica del Bicentenario al 2025”, definen lineamientos centrales que plantean: la expansión del sistema eléctrico a las áreas rurales hasta llegar al 100% de cobertura en el territorio nacional; garantizar la demanda interna y generar excedentes de energía eléctrica destinados a la exportación de energía a los países vecinos; la sustitución del uso de combustibles fósiles para la generación por fuentes alternativas, renovables y limpias.

Como parte de ese conjunto de proyectos Misicuni es un proyecto múltiple que tiene por objetivo generar energía eléctrica para el Sistema Interconectado Nacional (SIN), y al mismo tiempo, abastecer de agua potable y agua para riego al valle de Cochabamba. Cochabamba es una región de Bolivia que tiene un creciente problema de escasez de agua tanto para consumo de su población como para la agricultura. Por otro lado, el país requiere aumentar su capacidad de generación para hacer frente a la creciente demanda eléctrica. Según noticias recientes, la presa ha sido concluida. Así que lo que sigue es implementar el sistema de distribución de las aguas para los usos a los que apunta el proyecto.

A nivel nacional destacan otros proyectos importantes entre los que destacan los siguientes:

SAN JOSÉ

El proyecto consiste en realizar la central hidroeléctrica San José, en el Departamento de Cochabamba, cuya puesta en marcha en 2018 permitirá inyectar 124 MW de energía al SIN y se tiene prevista una inversión de aproximadamente $us 244,83 millones ($us 94.89 MM y $us 149,94 MM).}

Las obras civiles y mecánicas fueron adjudicadas a mediados del 2016 a la empresa china Synohidro. Se conoce que el proyecto pretende alcanzar los 124 MW mediante la construcción de las centrales San José I (55 MW) y San José II (69 MW), emplazadas en cascada, aguas abajo de la existente Central Hidroeléctrica de Santa Isabel.

Este proyecto está compuesto por un total de cuatro contratos. El primero, de supervisión, suscrito con la empresa Ain Active Geoconsult, por $us 7.49 millones; más otros tres de construcción. Entre los contratos de construcción figura el de construcción de obras civiles, red vial, regulación y conducción del Proyecto Hidroeléctrico San José, la empresa Sinohydro es la adjudicataria de este acuerdo.

Luego está el contrato para la construcción de obras civiles, embalse Miguelito, tuberías forzadas, casa de máquinas San José 1 y San José 2, suministro y montaje equipo electromecánico del Proyecto Hidroeléctrico San José. (En Licitación – $us 80 MM). Y el último de los contratos es para la construcción y montaje de subestaciones y líneas de transmisión (que también se encuentra en proceso de licitación (CAF).

IVIRIZU

El proyecto está ubicado en el departamento de Cochabamba, municipios de Totora y Pocona, primera y tercera sección municipal, provincia Carrasco. La cuenca del río Ivirizu se ubica 25 kilómetros al norte de Monte Punko, kilómetro 120 de la carretera antigua Cochabamba - Santa Cruz.

Se estima que este proyecto genere cerca de 110 MW, con una inversión estimada de $us 230 millones.

MIGUILLAS

En el departamento de La Paz, en octubre de 2014 se suscribió el contrato para la construcción de este proyecto hidroeléctrico. Fue la empresa española Corsán Corvia la que se adjudicó las tareas de construcción de la Planta Hidroeléctrica Miguillas, la misma que requiere una inyección económica de $us 397,7 millones.

Una vez puesta en marcha la planta generará 200 MW, con dos centrales en cascada ubicadas en Umapalca y Palillada, su capacidad de generación equivale al 14 % de la capacidad actual del país. Según contrato, el plazo para la finalización de las obras comprende un periodo de 48 meses.

ROSITAS

En 1977 fue realizado el estudio de factibilidad del Proyecto Río Grande Rositas, a cargo de la firma consultora estadounidense Overseas Bechtel Incorporated. El proyecto es uno de los nueve aprovechamientos hidroeléctricos sobre el Río Grande identificados en estudios preliminares y es el último de esa cascada de proyectos hidroeléctricos.

En junio de 2014, la Empresa Nacional de Electricidad (ENDE) lanzó una licitación para realizar los estudios de factibilidad del Proyecto Hidroeléctrico Rositas en el departamento de Santa Cruz. De acuerdo a anteriores estudios, el proyecto puede alcanzar una capacidad de generación de hasta 600 MW, además de su componente de riego, con el que se espera abastecer del líquido a comunidades del Chaco aledañas al proyecto, esta zona del país que puede ver cambios trascendentales con esta medida porque actualmente cada año su población sufre los efectos de prolongados periodos de sequía.

Según el ministerio del sector, a lo largo del 2014 se firmaron tres de esos contratos (Misicuni, San José y Miguillas), los que –sumados- significan más de 400 MW en generación y una inversión de más de $us 800 millones.

A la lista anterior faltaría agregar el largo listado de proyectos de riego realizados y por realizarse con el proyecto Mi Agua, que va incorporando una superficie importante de áreas de cultivo con riego.

EL POZO

Es el título de un cuento clásico de Augusto Céspedes. El relato en breve: El personaje principal: Suboficial Miguel Navajas, recluido en Tarairí, en espera de ser evacuado a La Paz. Ha escrito un diario, en el cual relata la historia del pozo, ahora en manos de los paraguayos. El tema principal es que no hay agua y el grupo de soldados, bajo el ardiente Chaco, cifra las esperanzas para obtenerla mediante la excavación manual de un pozo. El pozo supera los 45 ms. y después de 7 meses, no hay agua” ese agujero siniestro es un enemigo estúpido y respetable” exclaman. No sirve para nada.

Los pilas al enterarse de que han excavado un pozo atacan al grupo, y estos defienden el pozo sirvió para eso, para sufrir un ataque que arroja muertos de ambos lados, sin tener agua. Trece cadáveres son tirados al pozo y “ese pozo seco es el más profundo del Chaco”.

Este cuento nos recuerda que el agua es vida y su carencia, sufrimiento y muerte.

Con esta introducción me referiré a la importancia de nuestros acuíferos subterráneos, particularmente en estos momentos en que la cuenca del Pilcomayo se seca, “sufre sequía y los animales mueren deshidratados” (El DIARIO, 27 de junio).

ACUÍFEROS DEL CHACO

Entre 1992 y 1998 en el Chaco de la Provincia de Tarija en Bolivia fueron realizadas investigaciones para evaluar la posibilidad de explotación de aguas subterráneas, equipo técnico trinacional conformado por Ronald Pasig, Hernan Villena (Pronar, Bolivia) & Christian Neumann-Redlin. Estudios hidrogeológicos y geofísicos como también la perforación de pozos profundos han revelado en el paisaje de llanura aluvial deposicional y de las colinas bajas terciarias la existencia de acuíferos en profundidades mayores a 150 m. Los caudales de los pozos varían entre 0.5 – 2.0 l/seg y la calidad de esta agua subterránea sirve para todo tipo de uso. En el cono aluvial del Rio Pilcomayo existen acuíferos someros con agua fresca en los paleocanales y agua salina en las paleoterrazas. Los caudales suman a 1 a 3 l/seg, pero el uso es limitado por la existencia de aguas salinas.

ACUÍFEROS DE COCHABAMBA

Un informe del Centro de Levantamientos Aeroespaciales y Aplicaciones para el Desarrollo Sostenible de los Recursos Naturales (CLAS), realizado en 2011 y procesado en 2012, concluyó que el 15 por ciento de las recargas acuíferas vitales para reponer el agua de los pozos del Valle Bajo y de Cercado fue impermeabilizado por el avance de la mancha urbana y el asfaltado de calles por encima de la Cota 2.750, límite establecido por ley para las urbanizaciones sobre el Parque Tunari.

La situación, cuatro años después, empeoró a tal punto que Cruz exigió a las autoridades municipales que tienen jurisdicción sobre este pulmón ecológico acciones de mitigación para disminuir los efectos a raíz del cambio climático.

Los bolsones de agua del Parque Tunari son fuentes vitales para abastecer con este elemento a los municipios de Cercado, Sacaba, Tiquipaya, Quillacollo, Colomi, Sipe Sipe, Vinto y Colcapirhua.

El agua que fluye por las cuencas y microcuencas de la ladera sur del Parque Tunari llega a la cuenca del río Rocha y a los depósitos subterráneos de los valles, por infiltración, refieren estudios académicos que existen al respecto.

A lo largo del extenso territorio del Tunari existen al menos 39 acuíferos naturales de agua. Las cuencas más ricas e importantes están ubicadas en Liriuni, Korawayu y Tiquipaya. Las cuencas sirven para alimentar los pozos subterráneos que hay en varios municipios y garantizar el agua potable para consumo humano.

Claramente tenemos dos situaciones muy críticas y la política de aprovechamiento de nuestros hídricos superficiales y subterráneos requiere una cuidadosa planificación e inversión.

 
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