Neymar Jr, delantero del Barcelona, eligió el momento preciso y el escenario ideal para convertirse en el nuevo ‘O rei’, el que acabó de un plumazo con años y años de maldición y el que consiguió que el país del fútbol completara su palmarés.
Brasil y su afición habían depositado sus esperanzas de gloria en esta cita. Sobre todo después de todos los últimos sinsabores, del escarnio sufrido en el Mundial 2014 con la dolorosa goleada ante Alemania (1-7) y de la prematura eliminación en la Copa América del Centenario. Río 2016 era el escenario ideal para levantar la cabeza y elevar al balompié brasileño al Olimpo, a alcanzar la gloria dorada que tantas veces se le había negado. Ahora, junto a Francia, ya puede presumir de tener todos los grandes títulos universales desde categorías inferiores.
Los penaltis ante Alemania ante un Maracaná electrizante cerraron una herida profunda que nadie había conseguido cerrar. Lo habían intentado buena parte de los mejores jugadores de la historia. El resultado siempre el mismo y el oro volaba a otro país.
Tuvo que ser Neymar, justo el día que su equipo iniciaba la defensa del título de la Liga española con una goleada sobre el Betis por 6-2 con un doblete de Leo Messi y un triplete de Luis Suárez, el que lo consiguió. Días antes era el centro de las críticas furibundas de la afición. Incluso durante los partidos, desde la grada, se coreaba el nombre de Marta como señal de protesta a la actuación del conjunto de Rogerio Micale y de cariño hacia la selección femenina. No lo pasó nada bien Neymar. Los dos primeros empates sin goles ante Sudáfrica e Irak escocieron en el equipo y en todo el país. El KO hubiera sido un batacazo de dimensiones similares al Mineirazo. Y Neymar decidió echarse el equipo a la espalda. Desde aquel tercer partido ante Dinamarca la cosa cambió.
El ‘10’ fue el líder que guió a la Canarinha hasta la final, y en Maracaná, lleno, entregado, su nombre fue coreado.
EL CAMBIO DE LOOK
Los componentes de la selección brasileña, encabezados por su héroe Neymar Jr., se tiñeron el pelo de dorado y se tatuaron en diversas partes del cuerpo Río 2016 con los anillos olímpicos.
Cuando aún resuenan en el Maracaná los ecos del angustioso y glorioso triunfo en la final ante Alemania, tras la lotería de los penaltis, Neymar luce pelo dorado y un tatuaje a la altura de la muñeca de su brazo izquierdo.
Luan, otra de las figuras de la selección de Brasil en estos Juegos, también se tiñó el pelo, como otro barcelonista, Rafinha, y se tatuó Río 2016 y los anillos olímpicos en la parte derecha del pecho. Gabriel Barbosa y Gabriel Jesús optaron por teñirse la barba, tal y como publican los felices integrantes de la selección brasileña, que consiguieron acabar con el maleficio y obtener el primer oro olímpico.
EFE
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