Un libro revelador del tiempo que vendrá

Andrés Oppenheimer, periodista y escritor argentino, actualmente reside en los Estados Unidos de Norteamérica y, según la revista Foreign Policy en Español, es uno de los cincuenta latinoamericanos más influyentes. En su libro Crear o morir, editado en septiembre de 2014, sorprende con las revelaciones que formula acerca de lo que él denomina El mundo que se viene. Veamos brevemente algunos de los temas que aborda.

LAS IMPRESORAS 3D

A su juicio y de acuerdo con los datos que trasmite, estos aparatos ya son una realidad. Podrán reproducir desde partes de automóvil, zapatos, joyas, órganos del cuerpo humano, en fin, hasta lo inimaginable; fenómeno que en los próximos años promoverá una nueva Revolución Industrial y permitirá que “cada uno de nosotros pueda producir lo que quiera -a nuestra medida- en nuestras propias casas”. El autor asevera haber visto funcionar estas impresoras 3D, no más grandes que una computadora y “parecía un híbrido entre una máquina de coser y el torno de un dentista”; asegurando que a la fecha ya existen setenta y cinco materiales creados para ser utilizados por estas nuevas impresoras.

El destacado periodista no se conforma con recibir informaciones y viaja, va tras los investigadores y científicos, entrevistándolos y verificando los datos de manera fidedigna.

AVIONES NO TRIPULADOS

Los drones o aviones no tripulados, comenta el periodista, que sirvieron para atacar a los miembros de Al Qaeda, darán lugar a una verdadera revolución de la industria del transporte; por cuanto servirán en el importante rubro de la vigilancia, monitoreo del ganado o, incluso, lo que llegará a ser lo más común: repartir pizzas a domicilio. Los creadores de los drones domésticos dan cuenta que en el futuro formarán parte de nuestros hábitos cotidianos.

AUTOMÓVILES SIN CONDUCTOR

Otra de las revelaciones son los automóviles sin conductor, desarrollados por las empresas Mercedes Benz, Audi y Cadillac, mediante el sistema de piloto automático. Asimismo la firma Google se encuentra investigando el tema y al presente tiene avances muy importantes que reducirán el número de mortalidad por accidentes en un noventa por ciento.

INTERNET DE LAS COSAS

En este libro cuajado de novedades alucinantes -difíciles de concebir y aceptar en nuestros países- el autor relata que muy pronto los objetos que nos rodean contarán con microchips que estarán conectados a través de un nuevo ecosistema denominado “Internet de las cosas”. Ejemplifica, entre otros aspectos, que con ello habrá menos choques de aviones o si de pronto una persona se desmayara no corresponderá pedir auxilio a una ambulancia, porque su propia vestimenta llamará al servicio de emergencias. No solamente sucederá lo señalado. Hay mucho más. Podríamos terminar, sostiene el investigador argentino, actual funcionario de CNN en español, siendo vigilados por los objetos que nos rodean.

UNA COMPUTADORA QUE PRESCRIBE MEDICINAS

En la reunión anual de la Sociedad de Sistemas de Información y Gerencia de Salud, realizada en Las Vegas en 2012, fue presentada por primera vez la súper computadora Watson, que no solo prescribe medicinas sino que podrá alertarnos acerca de si estamos desarrollando alguna enfermedad y aconsejarnos lo que debamos hacer para evitar el mal.

Uno de los inventores le expresó a Hoppenheimer que los médicos en un futuro cercano llevarán una Watson bajo la forma de una laptop, una tableta o tal vez un robot, al igual que ahora llevan un estetoscopio. Esta computadora que día a día se la perfecciona científicamente por IBM, manejará información basada en la historia clínica de millones de personas y aplicará diagnósticos con datos acumulados, mejor que cualquier profesional de vasta experiencia. Brindará un invaluable soporte técnico.

Lo anterior es apenas una pequeña muestra respecto al contenido del novedoso libro, que incluso señala cambios sustanciales que podrían presentarse en cuanto a la educación tradicional (los niños asistirán a las escuelas a socializar y a compartir con gente de su edad, en tanto que recibirán formación intelectual en sus hogares, gracias a la tecnología). Es admirable comprobar, mediante las informaciones proporcionadas, que los avances tecnológicos cambiarán el rumbo de la humanidad.

Aquel cúmulo de innovaciones, agregamos nosotros, pudiese ser peligroso en el sentido de que la brecha entre países súper desarrollados, tecnológicamente hablando, y los de menor desarrollo, se agrandaría mucho más y tal vez condenaría a los ciudadanos a servidumbres equiparables a un nuevo tipo de esclavitud o pobreza extrema; en particular a quienes no logren marcar el ritmo de la nueva época, del tiempo que vendrá y ya asoma sus narices en otras latitudes.