CONSEJOS
Los niños exploran todo cuanto les rodea y no son plenamente conscientes de los riesgos, tratan de averiguar sus propios límites. Es en este proceso donde están expuestos a multitud de riesgos o peligros.
Al prevenir accidentes infantiles y saber qué hacer y qué no hacer en caso de que sucedan, protegemos a los niños de peores daños y podemos reducir el tiempo de sufrimiento al saber cómo actuar.
Estos accidentes ocurren, ante todo en la casa, algunas veces en la calle y raras veces en las “guarderías”.
En la casa, la cocina es el lugar donde más accidentes infantiles se producen, probablemente por ser el lugar donde más tiempo pasa el niño y en donde se concentra la mayor cantidad de riesgos: fuego, electricidad, productos químicos e incluso medicamentos.
Las siguientes sugerencias ayudarán en los primeros momentos después de un accidente infantil:
ATRAGANTAMIENTOS:
Si un niño se atraganta con un trozo de alimento o un objeto pequeño, no se le debe meter las manos u otros instrumentos para sacárselo, se le debe poner boca abajo y darle firmes palmadas en la espalda, si esta operación no da resultado y la respiración del niño comienza a ser angustiosa se lo debe llevar al Centro de Salud más cercano. Si el niño se atraganta con una espina o algo punzante al comer, también es aconsejable llevarlo al servicio de urgencia más próximo.
INTRODUCCIÓN DE OBJETOS EXTRAÑOS:
Con frecuencia los niños se introducen lápices, crayones, marcadores, canicas, bolitas de plastilina, bolitas de papel u otros objetos en zonas como la nariz y las orejas, estos objetos pueden perforar el órgano en el que se han introducido, provocar infecciones, obstrucciones o hemorragias. No se debe intentar sacarlos y se debe llevar al niño al Centro de Salud más próximo.
CORTES Y ROZADURAS:
No aplicar ningún tipo de torniquete, ya que en manos inexpertas puede llegar a detener por completo la circulación sanguínea del miembro afectado, si la hemorragia no cesa, se debe llevar al niño al Centro de Salud más cercano.
Los cortes y rozaduras de poca importancia deben limpiarse con agua, secarse con un paño limpio y desinfectarse con una suave solución antiséptica, la herida se tapará con una venda. En heridas pequeñas una “curita” será más que suficiente y además a los niños les encanta.
TRAUMATISMOS ÓSEOS O CRANEALES:
El sistema óseo de los niños está dotado de una blandura elástica que hace que la mayoría no tenga trascendencia, sin embargo los traumatismos en el cráneo pueden traer consecuencias graves, pues el niño puede llegar a la conmoción cerebral, confusión mental, pérdida de conocimiento, etc., un traumatismo craneal deber ser vigilado por el médico durante 24 a 48 horas, pues pueden producirse hemorragias que requieran una atención médica inmediata.
Si un niño sufre un golpe sin fractura en cualquier parte del cuerpo (excepto en el cráneo) y al poco tiempo reanuda sus actividades, el mejor tratamiento son: “las palabras dulces”. En los casos en los que el dolor persista y se pueda apreciar deformidad, es aconsejable inmovilizar el miembro afectado, sin presionar excesivamente y recurrir al médico.
QUEMADURAS:
Generalmente son debidas al agua hirviendo, aceite caliente, alimentos en ebullición (calientes), a la manipulación de productos inflamables (fósforos, encendedores, velas), juegos pirotécnicos (“estrellitas”, “chispitas”, “rasca piedras”), aparatos eléctricos (estufas, planchas), enchufes y a la proyección sobre el cuerpo de productos químicos.
La gravedad de una quemadura o escaldadura se valora sobre la base de dos parámetros: la superficie de piel afectada y la intensidad de penetración en la misma.
Un niño seriamente quemado debe ser trasladado con urgencia al Centro de Salud más cercano por los medios más rápidos posibles. No se le debe quitar la ropa y no se debe aplicar remedios caseros como: carne, barro, tomate, clara de huevo, “kolynos”, etc., ni cremas, pomadas o ungüentos en la zona quemada, tampoco se le debe dar nada de beber.
Si la quemadura es leve, se debe sumergir la parte afectada en agua fría y colocar una venda gruesa estéril, no se deben reventar las ampollas, pues mientras estén integras actúan como barrera contra los gérmenes. Tampoco se debe efectuar ningún tipo de tratamiento, a no ser la administración de algún analgésico si fuera necesario.
INTOXICACIONES:
Generalmente se producen por ingestión de medicamentos o productos de uso doméstico. Aparte de las medidas preventivas generales que deben tomarse para evitar que puedan ingerirlos los niños, es importante conocer una serie de precauciones en caso de producirse un accidente de este tipo:
No provocar el vómito si se ha ingerido ácido o álcalis fuertes, ya que el efecto caústico será el doble: al ingerir y al expulsar.
En la ingestión de medicamentos es útil el vómito para que el niño elimine lo ingerido. Jamás debe intentarse si el niño comienza a estar inconsciente.
No se debe demorar en tener contacto con un médico o el Centro de Salud más próximo, hayan aparecido o no los síntomas.
Tratar de averiguar la cantidad y la naturaleza de lo ingerido, para informar al personal sanitario del Centro de Salud.
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