Silala, un tema pendiente

El problema del aprovechamiento de las aguas del Silala, un recurso hídrico ubicado en el cantón Quetena, provincia Sud Lípez del departamento de Potosí, se ha reactivado nuevamente en la agenda política nacional.

Sobre este importante tema, dos textos publicados en los últimos años arrojan muchas luces sobre el origen del problema, los tejemanejes que se han dado a partir de 1904, cuando se firma el tratado de paz entre Bolivia y Chile, por el cual se determina nuestro enclaustramiento marítimo.

El primero, es la valiosa síntesis, técnica y política que se tiene en el libro “El mito del Silala”, escrito por el Ing. Antonio Bazoberry Quiroga, (Editorial Plural, primera edición 2003, segunda edición 2016).

El autor señala: “en la región del Quetena, se encuentra sesenta bofedales a una altura de 4.438 metros sobre el nivel del mar. Estos bofedales se encuentran dispersos sobre una llanura u hondonada, donde afloran manantiales de la napa freática de aguas depositadas hace más de diez mil años. … El terreno es árido y seco porque no llueve, salvo excepciones que suceden con varios años de intervalo”.

Por ello afirma: “si buscamos las huellas de un cauce o lecho de río es perder el tiempo, porque en una región desértica donde prácticamente no llueve, no se han formado ríos que pudieran dejar rastros de cantos rodados y arena en el fondo del cauce”. Para mayor claridad, “en la región del Quetena no hay recursos que alimenten acuíferos subterráneos por la infiltración de aguas de lluvia, de deshielo o agua de lagunas”.

Aquí se explica claramente el título de la obra: no existe el río Silala, lo que Chile ha hecho a partir de un contrato suscrito con el FCAB y la Prefectura de Potosí en 1886, que les otorgaba el uso de las aguas de los bofedales del Quetena mediante canales recolectoras para las locomotoras a vapor que se utilizaba en ese entonces. Esta concesión fue anulada en 1997. “Sin embargo, y sin ninguna autorización del gobierno de Bolivia, la Corporación Nacional del Cobre (Codelco) y el nuevo dueño del FCAB continúan usufructuando gratuitamente de esas aguas”.

El otro documento es “Las aguas del Silala – Luces y sombras”, Editorial Kipus 2009, el cual hace una reseña de las conclusiones de un foro auspiciado por la Asociación de Periodistas de Cochabamba en diciembre de 2009.

Destacan en este encuentro “El acuerdo de Quetena”, en torno a las conclusiones de representantes de autoridades y organizaciones sociales de Potosí, efectuado el 25 de abril del 2008, entre otras las siguientes:

- Reafirmar el derecho de Bolivia sobre los recursos hídricos del Silala, en conformidad con lo establecido en la Ley 2704.

- Buscar un acuerdo de compensación por el uso de las aguas del Silala, la cual debería incluir la deuda histórica, tomando en cuenta las distintas etapas del uso de dichos recursos.

Algo que es necesario enfatizar por su importancia: “reafirmar la necesidad de dar continuidad a las acciones públicas que permitan avanzar en el aprovechamiento de las aguas del Silala en proyectos de desarrollo para la región”.

Otro aporte interesante de este encuentro fue la intervención del vicecanciller Hugo Fernández, en representación del canciller Choquehuanca, quien presentó un borrador de versión final para un convenio a suscribirse entre Bolivia y Chile dirigido a varios aspectos sobre el uso mutuo de las aguas del Silala, conforme lo indica el Art. 1 que señala: “Establecer un Acuerdo bilateral para la preservación, sostenibilidad, uso y aprovechamiento del hídrico del Silala o Siloli para beneficio de ambas partes”.

Más claro agua.