Tránsito: presencia esporádica

Desde hace ya tiempo es una rareza ver agentes de Tránsito que cumplan su función en calles y plazas, pues brillan por su ausencia y su presencia es esporádica, hasta el extremo que parecería que no hay comando en el Organismo Operativo de Tránsito (OOP) dependiente de la Policía Nacional. Cuando algún agente aparece deja su puesto a las seis de la tarde o cuando le conviene hacerlo. Esta situación señala que este cuerpo policial no cumple horarios ni turnos, y su abandono deja el campo libre al abuso que caracteriza a muchos conductores del servicio público y particulares, con grave perjuicio y peligro para el público transeúnte.

Esta ausencia abarca inclusive a las arterias troncales de la ciudad que, por lo menos, deberían ser atendidas de un mejor modo. Los lugares más conflictivos a toda hora son, entre otros muchos, la confluencia de la avenida Arce y Belisario Salinas, donde la interposición de vehículos crea un atasco (“trancadera”) desesperante y que traba un adecuado flujo desde la plaza Isabel la Católica.

Lo propio ocurre en la esquina 20 de Octubre y plaza Abaroa afectado el tráfico a San Pedro. En la difícil esquina Yanacocha y Mercado es rarísimo ver a un agente uniformado, por lo que se observa un caos permanente y no es menos una cuadra abajo, impidiendo la circulación en la avenida Mariscal Santa Cruz hacia la Montes. Ni qué decir que en frente de las oficinas de este organismo y a vista y paciencia de sus autoridades parquean a gusto los vehículos, restando por lo menos un carril de circulación.

Es negativamente admirable que al Organismo Operativo de Tránsito no se le ocurra impedir el recojo de pasajeros al comienzo de las cuadras y no al final de éstas, ocasionando que al dar vía libre el semáforo, los vehículos se vean trancados en perjuicio de los que llegan por las calles transversales. Esta omisión favorece a que los usuarios -mal acostumbrados- hagan de las suyas con el beneplácito de los conductores de minibuses, colectivos, taxis, etc., con tal de recibir más pasajeros.

Cuadros como este se agudizan en la plaza Garita de Lima y calles Tumusla, Santa Cruz. Max Paredes, Vicente Ochoa, etc., etc. La zona Sur no se exceptúa de todos estos problemas que en La Paz se han convertido en insolubles.

Frente al creciente caos que nos ocupa y su notoria falta de supervisión, cabe preguntar si es motivo de preocupación, y sobre todo de acción, del Comandante Departamental, de Policía, del Comandante General y por último del Ministro de Gobierno.

Pareciera que el Organismo de Tránsito ha retraído su intervención por la injerencia del Gobierno Municipal en el tema y si es así, correspondería que se releve de sus funciones, empero sucede que las autoridades municipales tampoco demuestran efectividad. A su vez, la Guardia Municipal tampoco aparece; la población y los conductores quedan librados a su suerte y que ¡cada cual se las arregle como pueda…!

Mientras el OOP y la Alcaldía discuten su mejor derecho, ni uno ni otro hace algo y la desprotección es absoluta en términos generales. Sea dicho de paso que las “cebras” -en quienes parece descargar toda su responsabilidad el Gmalp- tampoco están sujetas a horarios y actúan informalmente. El remolque de coches mal estacionados ha durado menos que una salva de cohetes y demuestra haberse reducido a mera propaganda.