Lección no. 105: "Mi estómago y yo"

*Los problemas que tenemos los seres humanos, en su mayor parte provienen de nuestra propia ignorancia inconsciente, es decir, no nos damos cuenta de que hay conocimientos necesarios que existen y que no conocemos; Robert

Dilts le llama a este estado de conciencia incompetencia inconsciente.

*Como nuestro subconsciente nos habla y nos da sabiduría si utilizamos lo que yo llamo “la inteligencia de la oreja”, es decir, la capacidad de oír y de escuchar con amor y con respeto, me propuse utilizar este poder, esta inteligencia de la oreja y decidí escuchar a mi estómago y preguntarle por qué me producía tantas sensaciones de acidez y de incomodidad.

*La respuesta me fue llegando en forma de ideas más amplias y más abiertas, en las que pude imaginar a mi estómago como un ser que tiene conciencia, inteligencia, sentimientos, capacidad de respuesta en lenguaje mental y en el lenguaje de los hechos.

*Al hablar con mi estómago, mi conciencia fue aprendiendo que mi actitud con una parte mía (mi estómago) era bastante ignorante y desconsiderada, comía lo que quería y cuando quería sin tomar en cuenta la opinión del estómago y con esas ideas me puse a reflexionar cómo me

sentiría yo si fuera el estómago, cómo reaccionaría si la parte que se supone nos dirige y nos guía me diera trabajo según su capricho y no con criterios de corrección y de equilibrio, con actitud de capricho, con actitud de desconsideración y me utilizara para hacer funciones para las que no estoy diseñado: las personas necesitan llenarse de amor, de conocimientos y de valores y creen que al llenarme a mí de comida (el estómago) se llenan de esas cosas buenas pero, como yo no sé mentir ni puedo dejar de cumplir mi función, lo que hago es acumular y crecer y esos desequilibrios, con el correr del tiempo producen y producirán sus consecuencias respectivas.

*Para ponerme en lugar de mi estómago, desarrollé una consciencia, tomé la decisión de consultar con mi estómago en todo momento en que piense en comer y también en los momentos propios de los actos alimenticios. De esa forma fui tomando en consideración las opiniones, las sabidurías y los sentimientos de mi estómago y comencé a alimentarme mejor, comencé a comer con más calma, comencé a decir “No” a algunos alimentos que no eran correctos para mí, ni para la meta que tengo para mi cuerpo y también comencé a comer con gratitud y también tomé la decisión de dejar de

criticar cuando alguien me sirva una comida con amor.

*Así que ya lo sabe querido amigo o querida amiga, puede charlar mentalmente con su estómago y revisar las actitudes que usted utiliza cuando se alimenta. Si aprende a crear el hábito de charlar con su estómago en todos los momentos posibles, si aprende a ofrecerle masajes, momentos de descanso, felicitaciones y caricias, su estómago le irá recompensando con una salud excelente, con una salud de hierro a prueba de todo y, sobre todo, con una amistad y una consciencia que nos libera de la creencia de que nuestro yo lo es todo en nuestro organismo.

*Para finalizar, nuestra salud estomacal es tan importante como la salud de todo nuestro orga-nismo en general y de paso podemos entender, que cada órgano nuestro tiene una identidad, un yo, una consciencia, una inteligencia, unos sentimientos y una humildad infinita de la que no hay

que abusar.

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