Bienvenido Granda

El bolero como forma músical es eterno, con sus historias de pasiones y desencuentros, se resiste y permanece elegante a través del tiempo, el bolero es una manifestación popular de un sentimiento universal, expresado de un modo romántico, nada hay más serio y terrible que una pena de amor y una nostalgia de un pasado que uno recuerda de diferentes formas, a nuestra mente vienen momentos que nos trasponen la realidad y sin duda nos ponemos nostálgicos y hasta puede asomar una lágrima, con muchos sentimientos encontrados.

El Bolero nació en Cuba, fue venerado y desarrollado en Puerto Rico, México, y de esos países se extendió por toda Latinoamérica, gracias a la infinita galería de cantantes que cayeron subyugados ante su embrujo.

Uno de aquellos cantantes que sin duda permanecen en el tiempo es:

BIENVENIDO GRANDA

Su nombre era Bienvenido Rosendo Granda Aguilera, nació en la Habana – Cuba el 30 agosto de 1915, conocido como “El bigote que canta” por su prominente bigote que siempre le acompañó, era una de esas gustosas voces del bolero cubano, un poco nasal, con un fraseo muy especial; pero inconfundible y relajante, como para bailar suavemente bien sea un bolero, a la insinuación sensual de su vocalización, o una caliente guaracha.

Huérfano de padre a los 6 años, empezando entonces para él la dura lucha por la subsistencia, cantando en las “guagas” (como se les llama a los buses en Cuba). A los 12 años ya se desempeñaba profesionalmente como cantante en las emisoras cubanas como C.M.Q., R.H.C., Cadena Azul, Radio Cadena Suaritos y Radio Progreso; estuvo en varias orquestas ganado algún prestigio como en las orquestas de Los Hermanos Castro, El Conjunto Caney, La Orquesta Riverside, en 1936 en el Septeto Nacional, en 1938 con el Cuarteto Marcano en Puerto Rico y fue en 1940 cuando La Sonora Matancera estaba pasando por uno de los momentos de grandeza y fama, que se integra Bienvenido Granda, en la que estuvo de planta junto a Daniel Santos y Celia Cruz, hasta el año 1954, inscribiendo su nombre en el Libro de Oro de la Música Popular Latinoamericana.

Con su particular manera de frasear y con su sólido carisma de inmediato cautivó a los fanáticos de la legendaria agrupación musical. Bienvenido llegó para constituirse en la primera voz de la agrupación y hacer parte del coro junto a Rogelio Martínez y Caíto (Carlos Manuel Díaz Alonso); esto lo convirtió en el cantante más cotiza-do del momento.

La primera grabación de Bienvenido con La Sonora Matancera, fue un sencillo para el naciente Sello Panart, fueron las guara-chas “Dice mi gallo” (de Iván Fernández), y “El cuento del sapo” (de Félix Cárdenas) en el reverso; otros afirman que fue “La ola marina” (de Virgilio González). Bienvenido con su agradable personalidad y su melo-diosa voz se convirtió en la atracción del conjunto donde quiera que se presentara.

Aconteció que en una de las presentaciones de la agrupación en Radio Progreso de La Habana, el locutor Gustavo Pimentel Medina, quien junto a Oscar Del Río presentaban el recordado programa “Ondas de la Alegría” patrocinado por Ron Bacardí y Hatuey, lo llamó cariñosamen-te con el apelativo de “El bigote que can-ta” y desde ese momento quedo rebautizado con este sobrenombre, con el que se hizo tan famoso.

Se cuenta en una ocasión, que La So-nora Matancera en una noche de 1947, de las nueve de la noche, a las dos de la madrugada, grabaron un total de veinte temas en una sesión memorable, sin repetir uno solo. Ello fue posible, gracias al profesionalismo y al constante ensayo a que se sometían.

En marzo de 1954 Bienvenido Granda se retiró de La Sonora Matancera: una versión establece que por diferencias de índole económico con el director, Rogelio Martínez; otra versión afirma que fue separado de la orquesta por indisciplina, al viajar y actuar en Colombia sin permiso del director del grupo. De otro lado, en su momento se especuló que Rogelio había utilizado otros cantantes en las presentaciones –Rodolfo Hoyos y Orlan-do Vallejo, entre otros–, lo que hizo que Bienvenido se re-sintiera.

El cantante, por su parte, afirmó que “las mejores entradas eran siempre para Rogelio, y los demás, que se arreglaran como fuera. Yo no aguanté más y me fui con mi música a otra parte”.

En Barranquilla, Bienvenido se presen-ta en clubes y teatros, y se lleva varias canciones colombianas, entre ellas “Te olvidé” (“Yo te amé con gran delirio, de pasión desenfrenada, te reías del marti-rio, te reías del martirio de mi pobre cora-zón...”), que grabaría después en La Ha-bana.

En el tiempo que estuvo con la Sonora Matancera, Bienvenido Granda grabó 217 canciones, algunos de ellos verda-deros himnos en el Caribe, Centroamé-rica y Suramérica, donde aún se conser-van imperecederas, convirtiéndose en el cantante que más grabaciones realizó con La Sonora Matancera.

Algunas canciones solo a manera de mención por su paso exitoso con la So-nora Matancera: “Angustia”, “Celos que Matan”, “En la orilla del mar”, “En tu bus-ca”, “Por dos caminos”, “Soñando conti-go”, “Atrevida”, “Bonifacio”, “Pecaste de infiel”, “Callejera”, “Soñar”, “Oro falso”, “La diosa de la rumba”, “Corazón sin fe”, “El mambito”, “Dónde están los rumbe-ros”, “No toques ese disco”, “Sujétate la lengua”, “Encontré mi amor”, “Las mu-chachitas del cha cha chá”, “Espérame un rato más”, “Nostalgia”, “Otra copa”, “El cuento del sapo”, entre su amplio reper-torio.

Salió de Cuba para Colombia en el año 1955 y se instaló en Barranquilla donde realizó una serie de excelentes grabacio-nes para el sello Tropical, actuando en Medellín, también graba con La Sonora Antillana. Estuvo algún tiempo en Vene-zuela y en México fijó su residencia, adoptando a la nación azteca como su segunda patria. En 1967 obtuvo un con-trato para una larga gira por Guatemala, Honduras, Ecuador, Chile, Argentina y Brasil. En este último país permaneció por espacio de un año y grabó temas co-mo “Secreto”, “Abrázame”, “Dedo de guante”, “Quien quiero no me quiere”, “Amor de pobre”, (temas que hizo popu-lares Miltinho Dos Santos).

“El bigote que canta” falleció en la ma-drugada del 9 de julio de 1983 en la ciu-dad de México D.F. a la edad de 68 años, a causa de complicaciones gastrointes-tinales, se apagó la voz de uno de los más grandes exponentes de bolero y la guaracha, en Cuba y en todo el penta-grama musical latinoamericano, dejando una herencia musical de alrededor de 400 temas grabados.