Dilma Rousseff llamó al Senado brasileño a votar contra su destitución, antes del fin de su juicio político que, si se cumplen los pronósticos, dejará a la izquierda fuera del poder del gigante sudamericano.
“Estamos a un paso de la concreción de un verdadero golpe de Estado”, denunció Rousseff durante su defensa en el Senado, en el discurso más importante de su carrera política. Y “si se consuma, resultará en la elección indirecta de un gobierno usurpador”, añadió la exguerrillera de 68 años, quien repitió que es “inocente”.
Esta es la primera oportunidad que tuvo la mandataria de defenderse en el Congreso. Y es la última carta antes de la votación que decidirá si la destituye o no, probablemente hoy, martes.
En ese caso, será el presidente interino Michel Temer, enemigo número uno de Rousseff, quien asumirá el poder de Brasil hasta 2018.