Brasilia.- Michel Temer asumió ayer la Presidencia de Brasil en una ceremonia rápida y sobria realizada en el Senado, en la que el nuevo jefe de Estado acudió acompañado de centenares de correligionarios y simpatizantes.
La ceremonia fue más breve que el tiempo que le llevó a Temer atravesar los pasillos del Senado, abarrotados de sus partidarios, en su gran mayoría políticos hombres, blancos, entrados en canas y uniformados en trajes oscuros, a los que saludó casi uno por uno.
Temer declinó entrar por la rampa del Congreso, la entrada más solemne de la sede legislativa, prefirió la discreción de la “sombrerería” -como se conoce al acceso lateral donde sus señorías dejaban los sombreros hace décadas-, a la que llegó acompañado del presidente del Tribunal Supremo, Ricardo Lewandowski, y de incontables seguidores, pero no de su mujer, Marcela Temer.
Entre abrazos, sonrisas, palmadas en la espalda y atendiendo a todas las peticiones que le hicieron de tomarse una foto con el teléfono celular, el nuevo Presidente tardó cerca de 20 minutos en llegar al pleno del Senado.
Le acompañaban en la mesa los presidentes del Senado, Renán Calheiros, y de la Cámara de los Diputados, Rodrigo Maia, además de Lewandowski, quien dirigió el juicio político contra Rousseff. (EFE)