Por Gloria Martínez Vargas

Excitancias de la provincia Muñecas

• Atractivos y limitaciones de las provincias de La Paz


En la provincia Muñecas se halla la segunda riqueza arqueológica de Bolivia, después de Tiwanaku, propia de la cultura Mollo, la ciudadela de Iskanwaya. Es una urbanización construida con piedra pizarra, unidas con barro mezclado con grava.
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La provincia Muñecas, siempre ha despertado el interés de los investigadores por su historia, que se inicia en el período republicano aunque también tiene antecedentes prehispánicos, coloniales y durante la época de la independencia; en la que se destacó el sacerdote y líder guerrillero, Ildefonso de las Muñecas, a quien debe su nombre.

Está ubicada en la parte central del departamento, próxima al nevado Illampu, al noroeste de La Paz y a 148 Km de la sede de Gobierno. Tiene una extensión de 4.965 Km2, con inmensas praderas y quebradas. Sus municipios son Chuma, Aucapata y Ayata.

El contraste orográfico y la variedad de climas se plasman en este territorio en un torrente de riquezas en potencia. Con una flora y una fauna diversa. Desde el incario su fecundo suelo fue apto para el cultivo de maíz, quinua, tubérculos, trigo, café y una gran variedad de fruta de óptima calidad y de maderas nobles.

Según el arqueólogo Carlos Ponce Sanjinés, la cultura Mollo, civilización preincaica, se desarrolló en esta región desde aproximadamente el año 700 d.C hasta el 1300 o 1400 d.C. Posteriormente, la ocuparon aymaras y quechuas.

También es prolífica en tradiciones y leyendas que entusiasman a propios y extraños, si bien algunas van trasmitiéndose de generación en generación, otras van perdiéndose en el olvido.

MÁGICO LAGO TOLCACOTA

Los nativos de Chuma, Ayata y Aucapata, al igual que otras comarcas circundantes, afirman que gran parte de su existencia se debe a la benéfica influencia del lago Tolcacota, ubicado en las faldas de los cerros Huarahuarani, Callinsani y Coazani, que brinda su prodigiosa agua para la siembra y labores agrícolas.

Asimismo, en época de sequías, los “yatiris” de la zona eligen este lago para realizar su ritual de “traída de lluvias”, en honor a la Pachamama y al Mallcu Condori. Los “ayllus” y comunidades de la zona llegan al sitio con una comisión transportando consigo flores y ofrendas para captar la lluvia.

Llenan unas vasijas con las aguas del Tolcacota, que luego son trasportadas con sumo cuidado hasta sus respectivas comarcas. Los recipientes contenedores de agua del lago mágico son colocados en un lugar específico. Toman la precaución de no derramar una sola gota de líquido, ya que si ello sucedería se presume un diluvio. Cuando llega la lluvia, las mismas vasijas son devueltas al lago, agradeciendo a sus dioses ancestrales el favor recibido.

Este enigmático lago que atrae la atención de los caminantes por la belleza del color de sus aguas que constantemente cambian de matices, quizás por los minerales que posee en su suelo, atesora una leyenda.

Filiberto Montesinos, en su texto “De la pobreza al éxito”, relata que de sus aguas surgía una hermosa joven indígena que nadaba y se bañaba por sus orillas, desplazando como una sirena su grácil cuerpo; una imagen deslumbrante en medio de unas pinceladas de aguas multicolores.

En una ocasión esta aparición cautivó a un pastor, hijo de un acaudalado ganadero de la región al que invitó a darse un baño. El joven sin pensarlo dos veces se introdujo en sus aguas para abrazar a la mujer. Ambos se sumergieron y nunca más se supo del pastor.

Según relatos de los pobladores, aseguran que alguna vez se ve la imagen de un joven tejiendo un poncho con lana de vicuña en maderos de oro y cuando intentan aproximarse, se introduce nuevamente en el lago.

RESERVORIO CULTURAL

Este municipio está sujeto a la falda de una serranía mineral, por lo que en la época del incario y en el coloniaje, las minas de oro fueron el referente de esta población.

Aucapata es un pueblo sencillo, hospitalario y colonial. Se aprecian en el lugar edificaciones donde las tendencias hispanas e indígenas se entrelazan armoniosamente. Tienen puertas talladas, balcones toledanos con hierro forjado con enormes techos de “icchu”, a la india, como sugiere Hugo Boero Rojo.

En su plaza está el museo arqueológico “doctor Carlos Ponce Sanjinés”, con más de 3.000 piezas arqueológicas catalogadas.

En esta región también se halla la segunda riqueza arqueológica de Bolivia, después de Tiwanaku, propia de la cultura Mollo: la ciudadela de Iskanwaya, a 1672 msnm; importante expresión cultural, más antigua que Machu Pichu, encaramada en la cordillera Real y a orillas del río Llica

Es una urbanización, construida con piedra pizarra, unidas con barro mesclado con grava. Cuenta con una plaza, casas, jardines, monolitos, fuentes, baños unificados entre sí por escalones, donde se destaca un interesante sistema de acueductos para el riego: en andenes o terrazas de cultivos.

Este sitio es el mayor rescate del Instituto Nacional de Arqueología, porque estaba prácticamente sepultado por una tupida vegetación. Sin embargo, estos restos pétreos corren el riesgo de convertirse en verdaderas ruinas por los efectos climáticos y del tiempo; algunos muros ya han colapsado.

Otros restos arqueológicos atribuidos, también, a la cultura Mollo son: Chawanwaya, Punkanwaya, Mamakhoru, ciudadela construida como trinchera y las ruinas de Cocotani, cuyos rasgos arquitectónicos sirvieron como arquetipos para algunos pueblos asentados en las orillas del lago Titicaca.

De esta fructífera cultura, subsisten la música, la danza “Cambraya”, los tejidos, la cerámica y la gastronomía.

AYATA, UN PEQUEÑO TESORO

Es un valle privilegiado, capital de la segunda sección municipal, declarado por el Consejo Departamental de Culturas de La Paz “Patrimonio Histórico Cultural de la gesta libertaria, sede del Batallón Sagrado de Ildefonso de las Muñecas” y declarado “Campo Santo de los libertadores del Alto Perú”.

Ayata posee un hermoso poblado que huele a azahares y chirimoyas llamado Camata, que se levanta en medio de una selva verde, copiosa y tropical.

En tiempos pasados, fue utilizado por los políticos para los destierros “que a la sombra de los naranjos escribían sus memorias o cartas que por falta de correo nunca llegaron a sus destinatarios”, afirma Jaime Zeballos Pastén, en su texto “La provincia Muñecas en su Sesquicentenario”.

Porfirio Diaz Machicao, en su obra “Cuentos de dos climas”, escrito en esta región, inspirado por sus encantos dice “en tierras bellas de una lujuriante vida adornada por una vegetación que desborda”.

CHUMA, JARDÍN IDÍLICO

Es la capital de la primera sección municipal, tiene un interesante potencial turístico por su belleza, un deslumbrante paisaje coloreado por una variada y exhuberante vegetación. De su clima benigno se disfruta en todas las estaciones del año y de la cálida hospitalidad de sus habitantes.

A la fecha, cuenta con un panorama urbanístico único, por el impecable mantenimiento de las casas. Junto a caserones con enormes patios se alzan modernas edificaciones tipo chalets. Su plaza principal está provista de jardines con bellas flores multicolores que emanan exquisitas fragancias en medio de los trinos de la gran variedad de aves que constituyen un deleite al olfato a la vista y al oído.

Chuma, durante los levantamientos indígenas y en los tiempos de la lucha por la Independencia de Alto Perú, por su ubicación estratégica, fue el refugio de los españoles y criollos. Asimismo, el centro de las operaciones de la guerrilla del cura Ildefonso de las Muñecas.

La cultura y el origen de la población es predominantemente Quechua, aspecto visible en la vestimenta y costumbres del pueblo, aunque existen también con personas con tradiciones aymaras y pobladores que aún conservan la esencia de la cultura Mollo. Los idiomas que hablan son quechua, castellano y aymara.

Este sitio es la cuna de grandes personalidades que destacaron en diversas manifestaciones. Posee una numerosa comunidad de residentes, que todos los años, vía carretera y pedestre, se trasladan al pueblo para venerar a la virgen de la Asunción.

Si bien, sus habitantes respetan y mantienen sus creencias religiosas milenarias, en una interesante simbiosis festejan con devoción el 15 de agosto a la patrona del lugar.

Este evento religioso comienza con la peregrinación de los devotos, durante seis días. La entrada folclórica y la procesión, cuenta con una multitudinaria asistencia de “chumeños” que desde cualquier sitio de Bolivia o el exterior retornan para participar de esta festividad junto a invitados y vecinos de otras poblaciones.

Pasada la algarabía, el pueblo retorna a su letargo, ante la desilusionada mirada de sus pobladores que anhelan un realce permanente de toda la región.

Con una adecuada atención de las autoridades municipales, departamentales y nacionales, los diversos atractivos actualmente descuidados e ignorados, de la provincia Muñecas, se convertirían en una interesante propuesta para personas habidas de emprender nuevas experiencias.

Sería oportuno que en la Cumbre Nacional de Turismo se impulse a esta maravillosa región, que ni siquiera los bolivianos conocen, como un nuevo destino turístico.

 
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