El diálogo facilita la comunicación entre las personas, permite intercambiar ideas, información, pensamientos, sentimientos y deseos. El diálogo es un valor humano que da lugar a una profunda convivencia humana, al entendimiento y comprensión de las ideas, sentimientos, y frente a los hechos que relacionan a las personas. Recordemos el refrán popular que dice “Hablando se entiende la gente”.
Históricamente, el diálogo ha sido el protagonista principal de entendimiento entre los pueblos, declaraciones de paz, y en la resolución de conflictos entre grupos, sean sociales o políticos.
El diálogo debe desarrollarse en el marco de criterios de flexibilidad, para escuchar los planteamientos y criterios; trato amable, educado y respetuoso; sinceridad y honestidad, para que las ideas y palabras sean la expresión de la verdad, que la confrontación sea solo con las ideas y sin condicionamientos. Y sin amenazas, sin acciones de revanchismo, sin propósitos de descalificar a quienes deben ser llamados a dialogar. Así lograremos un adecuado y eficiente diálogo que será la base de la mejor convivencia humana.
El diálogo nunca deberá estar mediado por falsedad, engaño, ofensa, argucias, presión, impaciencia, oportunismo y falta de consideración al ser humano. El diálogo debe comprometer la solución de los problemas, sin importar posiciones político partidarias o intereses personales. Se debe entender la filosofía de vida y la actitud que adoptan las personas frente a los hechos y circunstancias, sean personales o políticas, sin soberbia, sin menosprecio, sin desestimar a quien acepta un diálogo con acciones que permitirán lograr el objetivo buscado.
Es necesario promover una sociedad altruista, en la que la preocupación y dedicación por el bienestar ajeno, sea una práctica valorada y realizada por todas las personas con el único interés de lograr el bienestar humano. Aprendamos el valor del diálogo como parte de los valores humanos. Practiquemos la actitud de entrega y altruismo. Nadie debe ser despóticamente poderoso.
Es importante decir que lamentablemente el poder y la arbitrariedad tienden a excluir al diálogo. En todos los conflictos que se presentaron en Bolivia, el Gobierno ha eludido un verdadero diálogo, ya que pretende que su verdad sea la única válida y desacredita las opiniones de los oponentes, en un intento por fortalecer su autoritarismo. Al Gobierno le falta humildad, la que hace que podamos quitarnos los prejuicios.
Se debe procurar que la gente lo estime a uno como persona, no por lo que posee, ni por el cargo o jerarquía que tiene circunstancialmente.
Sería bueno que en el conflicto entre cooperativistas y gobierno se logre entendimiento, que no rechacen el diálogo, pero debe ser sin condicionamientos, sin falsos orgullos, sin creerse intangibles, sin petulancias.
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |
Caricatura |