Por bloqueo de caminos y carreteras se entiende a la disposición de un grupo o grupos de personas a lo largo de una vía para obstruir, evitar o dificultar la circulación de vehículos principalmente.
Nuestro país es uno de los países que más padece por estos conflictos que pueden ser catalogados como una enfermedad terminal, porque paralizar un país es dejar a toda una población indefensa, sin movimiento, atormentada por un cerco de violencia que en algunos casos termina en tragedia, dejando heridos y en el peor de los casos cobrando la vida de personas inocentes. Es posible aceptar algunos bloqueos esporádicos que duren algunas horas, pero es inadmisible concebir que se den por varios días, ya que estas medidas al margen de asfixiar la economía nacional también ponen en riesgo la vida y la integridad física y psicológica de conductores, pasajeros y peatones, vulnerándose así el derecho a la vida, a la integridad física, a la libre circulación, al trabajo hasta en algunos casos el derecho a la vida y la alimentación debido a que muchas familias se encuentran varadas en media carretera por días, semanas e incluso meses en algunos casos.
Bajo el argumento de “paro movilizado” grupos de personas se dedican a bloquear calles, caminos y carreteras por todo y por nada. La experiencia y la historia nos dice que este tipo de medidas fueron eficaces para lograr resultados respecto a las peticiones de algunos sectores, resultando así el negocio político más rentable porque presionaron y obligaron a varios gobiernos a ceder ante sus peticiones. Los “paros movilizados” inmovilizan al país y el costo político para el gobierno es notorio, aunque el costo económico para la nación es mayor. Los bloqueos violentos y los “paros movilizados” son aprovechados también por vándalos y amigos de lo ajeno que producen daños a la propiedad pública y privada sin medir ni tomar en cuenta el daño económico que se provoca al país, importándoles solo el oxígeno y las energías que van restando a las fuerzas del orden y los gobiernos constitucionales.
La población en su conjunto es la que padece de esta terrible enfermedad, todos los días hay bloqueos y marchas en el país, porque la gente ya no concibe otra forma de protesta generando un ambiente de asfixia generalizada. No se puede contabilizar fácilmente las pérdidas por los bloqueos, ya que provocan estragos en diferentes niveles y diversos rubros.
Este tipo de medidas solo perjudican las intenciones que Bolivia tiene de ser parte de las carreteras bioceánicas y del ferrocarril transcontinental, atentando de manera directa contra el desarrollo económico y el nivel de seguridad vial de nuestro país, así como a las expectativas de países vecinos como Brasil, Perú, Argentina, Uruguay y Paraguay que forman parte del proyecto del ferrocarril bioceánico.
El autor es docente UNIPOL.
borismen55@gmail.com
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |
Caricatura |