Antes embajador, ahora albañil

Teresa Nominé, madre del ex embajador de Bolivia en Paraguay, Rosendo Alpiri, relató que su hijo trabaja como albañil en Calama, Chile, luego de haber fugado de sus funciones de embajador en Asunción. Alpiri está implicado en los desfalcos del Fondo de Desarrollo para los Pueblos Indígenas Originarios y Comunidades Campesinas (Fondioc). De seguro esta novedad es única en la diplomacia a nivel histórico y planetario y revela que la preparación de esta persona solo le permite acceder al nivel de albañil, es decir, inconcebible e insólito en un diplomático.

La madre lamentó que Alpiri trabaje “como cualquiera”; claro después de haber irrumpido en la diplomacia como seguramente nunca imaginó, pero esas son las cosas que solo pueden ocurrir en nuestro país gracias al compañerismo partidista. La madre no trepidó en pedir “consideración” al jefe del Estado y alegó que “esos recursos… son un logro de los pueblos indígenas”. Esta aseveración -que no es la primera- destaca que la panacea millonaria es una suerte de derecho indígena adquirido sin retorno y que los “dirigentes” pueden disponerlo a su arbitrio sin rendir cuentas. El fugitivo fue dirigente de la Coordinadora de Pueblos Étnicos de Santa Cruz, aliada del MAS. La madre Teresa Nominé fue diputada del oficialismo, lo que muestra un clan militante privilegiado por dicha formación política.

Sin embargo, el ex embajador aseguró que el Gobierno “ha destruido” a los pueblos indígenas de tierras bajas, los ha dividido y perseguido a sus dirigentes, con lo cual se aleja 180 grados de sus protectores. Patrocinó un proyecto a expensas del Fondo Indígena, bautizado “Capacitación de Saberes de Pueblos Indígenas y Conocimiento de Gestión de Proyectos”, fruto de una imaginación tan fértil como retributiva, e inserta entre los proyectos “fantasmas” del Fondioc. Para el efecto, Alpiri recibió en efectivo Bs. 633.680 del monto aprobado de Bs. 985.482 y su nombramiento de embajador pudo deberse a resguardar de embarazosas investigaciones al dirigente, hasta entonces leal. No obstante, susceptible de ser aprehendido prefirió huir primero a la selva y luego a Chile, donde anunció solicitud de asilo político.

Su fuga tenía como antecedente la detención de algunos indígenas y de la ex ministra Julia Ramos por el cuantioso desfalco. Inclusive apresada Nemesia Achacollo, colega de la anterior, no hay recuperación alguna de los 500 millones de dólares estimados en la repartija, superando todo peculado anterior, pero marcando a la actual Administración.

El encumbramiento del personaje del caso, señala el perfil ligero de los estrechos colaboradores del Gobierno, y su aterrizaje en calidad de albañil caracteriza una noticia internacional, la cual, lamentablemente, no abona prolijidad ni cuidado en el manejo público del país. Si se descarta la hilaridad del hecho en Chile, no menor ha debido ser el impacto en el Paraguay. Todos los países preparan esmeradamente a sus representantes, quienes deben hablar dos o más idiomas y tener una hoja de servicios impecable. La diplomacia no es campo para la improvisación ni la falta de sensatez.