Era presidente de la República el Gral. José María Velasco, después de la derrota de Yungay, y el descalabro del país por la caída del Mariscal Andrés de Santa Cruz, Protector de la Confederación Perú Boliviana. En la ciudad de Cochabamba, donde se encontraba el presidente Velasco, se produjo una revolución a favor del Mariscal Santa Cruz, encabezada por el Gral. Sebastián Agreda. Ni la ciudad ni el pueblo en general dieron importancia a la caída de Velasco, debido a su comportamiento al felicitar al gobierno chileno por la derrota de la Confederación en Yungay.
Sin embargo el descalabro político era terrible, muchas provincias se declararon a favor de Santa Cruz, produciéndose combates a favor y en contra.
La primera iniciativa para nombrar presidente al Gral. José Ballivián partió de Tarija, del Gral. Burdett O’Connor, sucediéndole otros políticos.
El 14 de septiembre de 1841 partió de Huancané, Perú, el Gral. Agustín Gamarra con objeto de invadir, proclamando “Bolivia necesita mi auxilio”.
La República se unió bajo Ballivián, siendo éste nombrado Presidente Provisorio.
El 3 de octubre, Gamarra, Presidente del Perú y Capitán General de sus ejércitos, invadió por segunda vez a la República de Bolivia, al mando de 6.000 hombres perfectamente armados y equipados.
Ballivián salió de La Paz con solamente un batallón, el 5to., y la guarnición de la ciudad, llegando a Huarina en espera de los refuerzos del interior de la República. El Gral. Velasco, con un gesto de hidalguía y desprendimiento militar, envió 1.200 hombres de la famosa caballería chicheña, conocida por su valentía.
El l5 de octubre Gamarra ocupó la ciudad de la Paz, se adueñó de las rentas públicas, impuso impuestos y contribuciones, enroló a todo joven paceño, hirió a la ciudad, la vejó y la amargó. Cuatro compañías del ejército peruano salieron hacia Mecapaca para hostilizar a las familias, que a modo de éxodo abandonaron la ciudad.
Gamarra nombró Prefecto y autoridades de la ciudad de La Paz. Gamarra fue obligado a salir de La Paz, rumbo a Viacha, en vista de las innumerables bajas del ejército de ocupación, debido a malestares estomacales y más disentería, debido al obsequio, se decía desinteresado, de las damas paceñas, a fin de provocar ese mal.
El Gral. Ballivián recibió contingentes y refuerzos de todo el país, conformando un ejército de 3.788 combatientes, contra un ejército invasor de 4.490 peruanos.
El 18 de noviembre de l841, en los campos de Ingavi, el Gral. Gamarra, después de brindar con chicha mezclada con pólvora, arengó a sus soldados: “Camaradas: Vamos a almorzar al ejército boliviano y a comer en la ciudad de La Paz”.
El Gral. Ballivián, viendo que se levantaba la atmósfera nublada, les dijo: “Soldados, a esos enemigos que tenéis al frente, los veremos desaparecer como las nubes cuando las bate el viento”.
Se inició la batalla con fervor patriótico en ambas partes, mucho coraje y valentía, con numerosas bajas en ambos ejércitos. El ejército boliviano infringió una derrota total al ejército invasor. Junto al Gral. Gamarra, se contó en el ejército peruano a 500 muertos, y 420 heridos, como prisioneros estaban un General, 24 coroneles, 150 oficiales, y 3.200 soldados. El ejército boliviano tenía 434 bajas.
El Gral. Gamarra recibió una descarga cuando bajaba de su cabalgadura; su hijo, oficial de uno de los batallones, llegó a tiempo para abrazar a su padre, y derramando lágrimas de dolor, logró llevarse un anillo, el reloj y la cadena del General, saliendo al escape a fin no ser tomado prisionero.
Contribuyeron al triunfo los nuevos fusiles recibidos, llamados Janoverianos, que descargaban de un solo disparo una bala y un balín, y naturalmente resaltaban las famosas cargas de la caballería chicheña.
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