La juez 13vo de Instrucción en lo Penal Cautelar, Melina Nina, determinó ayer la detención preventiva de Marco Cámara, propietario del club nocturno Katanas, imputado por los delitos de “trata de personas y asociación delictuosa”.
Debido a que Cámara presenta un cuadro de hipertensión, la audiencia de medidas cautelares fue instalada en el Hospital Metodista donde fue internado el jueves tras ser remitido a celdas judiciales.
En el marco de la fundamentación de la imputación, la fiscal de materia Mónica de La Riva sostuvo que la denunciante e hija de inculpado, Noemí Cámara, refirió que su padre enviaba al administrador del club, Gustavo Fernández, a países vecinos para reclutar mujeres jóvenes dispuestas a trabajar en Bolivia como supuestas modelos.
Una vez captadas, Cámara viabilizaba la inmigración de las mujeres para luego despojarlas de sus documentos y obligarlas a mantener relaciones sexuales con clientes del club nocturno, bajo amenaza de que serían deportadas.
De acuerdo con el cuaderno de investigaciones, las mujeres eran llevadas durante el día al domicilio de Cámara en la zona Llojeta, y en la noche eran trasladadas al local Katanas, donde presuntamente eran explotadas sexualmente.
En esa dirección, el Ministerio Público sustentó la imputación en base a informes que registran los altos ingresos económicos provenientes del negocio de Cámara y la documentación de mujeres extranjeras hallada en el club nocturno, entre otros indicios que fueron secuestrados en allanamiento.
Por su lado, la abogada de Cámara, Mónica Ramírez, apeló la determinación asumida por la juez Lima, y señaló que se no existen pruebas concretas de los supuestos delitos de los que se acusa a Cámara; adelantó que presentarían un incidente argumentando la aprehensión ilegal. Se espera que hoy, Cámara sea trasladado de la Clínica Metodista.
Por su lado, Noemí Cámara afirmó que su padre la obligó a trabajar en este centro desde los 15 años y presentó documentos de supuestas mujeres que fueron víctimas de su padre.
En tanto, Cámara afirmó que su hija tiene problemas mentales y que las denuncias son instigadas por la familia Córdoba, con quienes mantiene la rivalidad marcada por el monopolio de centros nocturnos.
En efecto, uno de los miembros de esta familia aseguró que las “trabajadoras” que traían al centro nocturno de Cámara, del interior del país o países vecinos, eran despojadas de sus documentos y obligadas a sostener relaciones sexuales con los clientes y que luego de seis meses eran “vendidas” a socios para ser llevadas a Chile.
Por otro lado, se precisó que el Katanas es de propiedad de Noemí Cámara por lo que ella tramitó ante la Alcaldía, el cierre definitivo de este centro nocturno el cual fue precintado el pasado viernes, argumentando que no se tiene ningún contrato de alquiler del mismo.
Por otro lado, el padre de Cámara aseguró que solo cobraba alquiler del local y que no tenía mayor participación en el funcionamiento del lugar.
Ante lo expuesto por el Ministerio Público en la audiencia, la autoridad jurisdiccional determinó aplicar la medida extrema de la detención preventiva, tras establecer los riesgos procesales de fuga, por falta de un arraigo social, además del peligro de obstaculización, entre otros.
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