Ciudad del Vaticano.- El papa Francisco rechazó ayer el uso de la violencia en nombre de la religión y dijo que esta supone su deformación y “contribuye a su destrucción”, junto a líderes de diversas religiones del mundo en la clausura de la cumbre interreligiosa de Asís.
El papa Francisco viajó ayer a Asís para participar en la última jornada de diálogo y paz del congreso interreligioso promovido por la Comunidad de Sant’Egidio y que, durante tres días, ha reunido en Asís (centro de Italia) a líderes de todas las confesiones religiosas, además de presidentes, ministros, economistas, teólogos, sociólogos y premios Nobel de la Paz.
A su llegada a la ciudad de San Francisco, el Papa encontró en el Sacro Convento de Asís al custodio del templo, Mauro Gambetti; al patriarca ecuménico de Constantinopla, Bartolomé; al arzobispo de Canterbury, Justin Welby, y a otros líderes hebreos, musulmanes y budistas.
Posteriormente, mantuvo un almuerzo con algunos líderes religiosos y también con un grupo de 25 refugiados procedentes de Siria, Afganistán, Mali, Nigeria y Pakistán.
Tras la comida, participó en una oración por la paz en la Basílica de San Francisco de Asís, donde condenó que aquellas personas que huyen de sus países en conflicto se encuentran “muchas veces el silencio ensordecedor de la indiferencia, del egoísmo de quien siente fastidio”. (EFE)