El juez Sergio Moro, a cargo de la investigación del gigantesco escándalo de ilícitos cometidos en la petrolera estatal Petrobras, aceptó ayer la denuncia por corrupción y lavado de dinero contra el expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, y de esa manera lo convirtió por primera vez en reo público en este histórico y enredado proceso.
“Habiendo indicios suficientes de autoría y materialidad, recibo la denuncia” presentada por la Fiscalía, indicó el magistrado en un escrito que hizo llegar a la prensa.
La Procuraduría General inculpó a Lula de haber recibido beneficios por un equivalente de 1.100.000 dólares de la constructora OAS, una de las principales involucradas en la confabulación que se enquistó en Petrobras para desviar fondos públicos hacia la política.
Los sobornos se transfirieron “mediante la compra, personalización y decoración de un departamento tríplex en Guarujá”, en el litoral paulista. La causa involucra también a su esposa Marisa Leticia da Silva y a otras seis personas. Lula siempre negó terminantemente ser el propietario de ese tríplex.