El Club nocturno Katanas quedó en escombros tal como lo deseaba Noemí Cámara en la ciudad de La Paz. El inmueble fue destruido completamente como una forma de enterrar todo el escándalo familiar, de prostitución y de trata y tráfico de personas.
Una retroexcavadora se dedicó a echar abajo la parte delantera del local de diversión de adultos que funcionó en la zona de San Jorge por más de 15 años. La propietaria del local sostuvo que la destrucción del lugar es una forma simbólica de destruir lo que es la trata y tráfico de personas.
Casi un centenar de personas observaron por horas como eran destruidas las paredes y el ornamento que trataba de dar un ambiente de edificio egipcio del tiempo de los faraones.
La Fiscalía aseguró que las mujeres eran despojadas de sus documentos y obligadas a tener relaciones sexuales, bajo amenaza de deportación, supuestamente para pagar el costo de los pasajes aéreos.