Día del Árbol

Me encontraba abstraído en algunos problemas metafísicos, como la necesidad de amar a las vacas a pesar de no haber gustado nunca de la leche, que es causante del llanto de las wawitas, cuando irrumpió en mi escritorio mi discípula periodística, rebosante de dicha y alegría, diciendo que hoy es el Día del Árbol.

La noticia me dejó mustio, aunque siempre yo había sido amigo de ellos, sin ser su íntimo, ni de proclamarme hermano de ellos, como lo hizo el escritor cochabambino Man Césped.

Ante mi reacción tan “kaima”, mi comadritay me aplaudió la cara y silabeando sus palabras me repitió el motivo de su euforia: “Hoy es el Día del Árbol y hay miles de paisanos nuestros que están en el árbol, como también hay miles que suspiran y ansían estar en el árbol del Poder.

Recién entonces salí de mi tristeza cósmica y comencé a comprender la euforia de la cholita cochabambina nacida en Quillacollo. “El árbol del Poder al que don Víctor Paz Estenssoro comparó con un peral al que trataron de subir millones de excompañeros movimientistas”, faltando las peras y las “pegas”.

Cuando la bambina cochabambina pudo vencer la lentitud de mi proceso intelectivo se puso más eufórica, explicándome que nuestro presidente Evo fue subido al árbol del Poder con la ayuda de Fidel Castro y del venezolano Chávez (que en paz descanse)… hace once años y ahora no quiere bajar del árbol ni para hacer pis, realizando esa función biológica desde una rama de su apreciado árbol.

Esta explicación de mi comadritay (hecha con chuwis) me hizo entender por qué la cochalita se encontraba tan dispuesta y feliz para festejar el Día del Árbol y cómo no iba a estarlo si ella trabaja cotidianamente en la rama principal del Palacio Real de la plaza Murillo, árbol grandote y florido del cual nadie quiere bajar y al que millares de “llunkus” quieren subir para acomodarse, hacer allí su nidito para tener dónde poner sus huevitos.

Así transcurrió mi sesión del trabajo con mi discípula periodística, quien se encargó de hacerme caer en cuenta de que hoy es el Día del Árbol y de que también existe el árbol del Poder, al que muchos quisieran llegar, pero que ahora está ocupado por un inquilino que se ha hecho el quedadizo, con los plácemes y la felicidad de mi corresponsal que trabaja en dicho arbolito de verdes hojas.