Un baño de gloria

El año arrancó con viento a favor para Hamilton y Rosberg, ambos pilotos, tanto el inglés como el alemán se mostraron conformes con el rendimiento de sus monoplazas luego de las quince competencias realizadas. De hecho el título de constructores será para Mercedes Benz, de eso no hay duda alguna, pero ayer en Malasia nadie pensó en los problemas de orden técnico para Hamilton y la “pegada” de Rosberg con Vettel, ya que, de esta acción el alemán quedo en el puesto 20 y de ahí “remo” hasta llegar al podio y consolidarse como líder del campeonato mundial. Estas contrariedades en los coches de la “estrella de tres puntas” fue aprovechada por los pilotos de Red Bull, donde Daniel Riciciardo que marchaba segundo a 58 segundos del patrón Hamilton que abandonó por rotura de motor, ese inconveniente fue de provecho del piloto australiano quien soportó la presión de Verstapen que estaba en la tercera posición hasta consolidar su cuarta victoria y la segunda de la escudería en esta temporada.

El piloto holandés Verstapen “maduro” en su manejo que fue prolijo es evidente, pero valoró la situación de sus neumáticos, factor importante cuando se hace la estrategia de la carrera.

Pero, también quedó claro que al piloto holandés tampoco le preocupa demasiado su compañero de equipo y eso lo saben todos, porque el demostró que cree en sí y esa seguridad la demostró ayer en Malasia. La diferencia de potencia entre los Mercedes y Red Bull es notable, pero la escudería austriaca intenta equiparar esa desventaja con la aerodinámica en sus “bolidos” y apoyados en esta técnica, es que, el piloto holandés presionó a Ricciardo hasta el último giro durante la carrera de ayer en Malasia.

Sebastián Chávez