Atlético está en lo más alto

Las dudas de Barça y Real Madrid dan lugar a un nuevo líder

El Eibar conquistó un punto histórico ante un equipo merengue fundido; el Barcelona vuelve a tropezar en Balaídos y la solidez de los “colchoneros” pudo superar al empuje del Valencia.


El festejo del jugador del Atlético, líder del campeonato.

El Atlético es un cohete. Líder sin margen sobre el Real Madrid -los dos 15 puntos- y con dos puntos sobre el Barcelona, su optimismo no se asienta en la puntuación, sino en que alcanza octubre como el único favorito con un plan definido.

Concluye al frente de La Liga Santander española en un domingo redondo, que comenzó al mediodía con su victoria sobre el Valencia (0-2), prosiguió por la tarde con el empate del Eibar en el Bernabéu (1-1) y cerró, de noche, asombrado por el triunfo del Celta sobre el Barcelona (4-3).

Aupado por los resultados, el Atlético transmite, sobre todo, convencimiento. No es sólo que siga siendo el equipo más fiable defensivamente (2 goles en 7 partidos), sino que esta temporada tiene, además, la ambición ofensiva que se le reclamaba en cursos precedentes.

Mientras el Madrid busca sentido a sus sucesivos empates y en Barcelona se reabre el debate sobre la fiabilidad de Ter Stegen, al conjunto de Simeone le da igual que el rival sea el Bayern o afronte un complicado desplazamiento a Mestalla. Este año se siente capaz de mandar en cada partido, y a ello se entrega.

La falta de acierto de Griezmann desde el punto de penalti -ha fallado tres de los cuatro lanzados en Liga- es el único punto de debate en un equipo el que entran y salen jugadores sin que se resienta el rendimiento.

A las buenas sensaciones también se aferraba el Real Madrid hasta esta jornada, cuando ya no hubo justificación a su empate frente al Eibar (1-1), la cuarta igualada consecutiva.

Pero, si ante el Villarreal lo consideró un accidente -después de una racha victoriosa de récord- y contra Las Palmas y Borussia Dortmund opuso que había jugado mejor que el rival, no hay excusa posible al pinchazo contra el equipo armero, por más que no pudiese contar por lesión con Modric y Casemiro y, a última hora, perdiese al colombiano James, lesionado en el sóleo durante el calentamiento.

Más complicado aún tiene Luis Enrique explicar su nuevo revés en Vigo. Pese a que se pueda recurrir a lo dura que resulta la vida sin Messi o a los excesos de confianza de Ter Stegen con el balón e los pies, el Barcelona también sucumbió hace un año en Balaídos (4-1). Y entonces el astro argentino estaba en el campo.

EFE

 
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