Este recinto maravilloso, el Palacio Goitia, que encierra tantas leyendas del pasado histórico de esta heroica plaza Murillo, también albergó al primer cine y restaurante más elegante de la ciudad de La Paz; en su solar se dio el almuerzo de despedida a los oficiales de los 3 Pasos al frente, en la Guerra del Chaco, de los cuales casi ninguno volvió con vida. La construcción de la edificación data de principios del Siglo XIX, de estilo neoclásico, perteneciente a la familia Goitia, de raíces militares y reconocida en la sociedad de esa época.
El señor Benedicto Goitia, propietario del inmueble, donó esta edificación a las FFAA de la nación, la misma que en su inicio funcionó como Círculo de Oficiales del Ejército, y fue entregada en calidad de usufructo por tiempo indefinido en 1979 a la A.B.H.M. Consta de una biblioteca militar, un museo histórico, el salón de honor, la pinacoteca con la magnífica colección de pinturas desde la creación de la República y la historia de todas nuestras guerras, una galería de presidentes y demás ambientes administrativos.
Durante la colonia fue el cuartel de las milicias españolas, con sus dos túneles secretos que nos recuerdan el cerco a la ciudad por el patriota indígena Túpac Katari, que servían para la huida de los españoles en cada levantamiento indígena. Lo que se ha escrito hasta ahora en el ámbito nacional no ha sido la expresión de la verdad, sino el producto de ideas preconcebidas. Con razón se ha dicho: “Esas piezas escritas que llamamos de buena fe documentos históricos, se han encargado de disfrazar la verdad con astucia y mala fe”. Nuestra historia ha sido escrita bajo ciertos impulsos psicológicos de la época en que se ha vivido, donde se agitaban ideas, doctrinas, pasiones, apetitos, tendencias, etc., de ahí la responsabilidad de restaurar la verdadera historia de Bolivia haciendo un trabajo en equipo. En esta consonancia, la Academia Boliviana de la Historia Militar postula, por un lado, mantener latente nuestra reivindicación marítima hasta el retorno a nuestras costas; y por otro, formar patriotas a través del culto a la historia militar, legendaria, épica como ninguna otra en el planeta.
Existen muchos quehaceres humanos en la vida, cada vez más compleja y diversa, en muchos de ellos no es imperativo ser culto, y al decir culto me refiero al profesionalismo militar, de donde se desprende este centro cultural templo del civismo, el único de la institución militar que se constituye en baluarte y emblema de la educación y doctrina.
El proyecto más cercano visualizado es la implementación del café Internet Museo de la “Guerra del Chaco”, para dar a conocer a la población civil nuestra historia y sin duda alguna rememorará a valerosos héroes nacionales, que ofrendaron sus vidas en aras de la libertad, de los recursos y de la integridad toda; así mismo, se podrá ver películas sobre acontecimientos, batallas y guerras del ámbito militar.
Nuestros parabienes para que se plasme este proyecto a la cabeza del Cnl. DAEN René Adrián Burgoa Quiroga, Director Nacional de la Academia Boliviana de Historia Militar.
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