La historia del mar boliviano

Don Carlos D. Mesa Gisbert es, sin duda, el mejor retórico del país, de razonamiento certero y discurso ágil. Como ninguno maneja el idioma con soltura y claridad. Recientemente ha presentado el libro La Historia del Mar Boliviano, muy publicitado y elogiado por los medios de prensa. El libro contiene una narrativa que puede decirse que es más de lo mismo, ya que no agrega algún elemento nuevo sobre tan vidrioso tema. Tal vez debe destacarse la claridad de la exposición sobre aspectos de la política posterior al Pacto de Tregua y de los últimos acontecimientos de la demanda marítima ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya.

No obstante, es necesario observar algunas omisiones o errores del libro, que me permito anotar a continuación, con la sola intención de que éstos no queden sin aclaración.

En la pág. 111 refiere: “Solo un episodio se puede rescatar de tan desventurada conducción, el ataque de Tambillos liderado por el Jefe del pequeño destacamento de francotiradores al mando del coronel Rufino Carrasco y sus colaboradores Mariano Colodro y Mariano Palacios. El 3 de diciembre tomaron ChiuChiu. Desde allí emprendieron ruta hacia Calama primero y hacia Atacama después. En el desfiladero de Tambillos, entre Calama y San Pedro derrotaron a dos regimientos chilenos, dejando más de un centenar de bajas entre muertos, heridos y prisioneros, Inexplicablemente Campero no atacó Calama con su división”.

Aquí hay una grave omisión, porque antes de Tambillos se produjo la batalla de Canchas Blancas, memorable por muchos conceptos, donde aquella fracción de la famosa Quinta División le infringió una derrota calamitosa al invasor que preparaba su ingreso a Potosí.

“El 12 de noviembre de 1879 fue un día memorable que injustificadamente ha sido olvidado de nuestros fastos militares y que los bolivianos lo siguen cubriendo con el manto del olvido. Se justifica que Chile haya procurado borrar esta fecha, porque mancilló su orgullo de esa falsedad de que su ejército nunca fue vencido, contrariando episodios como Paucarpata, Canchas Blancas, Tambillos y Tarapacá, Lo reprochable en Bolivia es que se lo ha procurado ocultar para dejar en el limbo traiciones de prominentes personajes que se enlodaron al tapar esa victoria, donde se destacaron chicheños y tarijeños que en muchas ocasiones desde las hazañas de la Independencia y de la Confederación han mostrado su bravura. Si no aparecían el diario del Cnl. Ezequiel Apodaca y el parte de Lino Morales, Canchas Blancas y Tambillos, batallas legendarias, no las habríamos conocido y no tendríamos ningún recuerdo épico de esa invasión infame de 1879, que ha ocasionado el injusto encierro de Bolivia” (artículo de mi autoría publicado en EL DIARIO de 8/4/2015).

Esta victoria fue sistemáticamente olvidada, más bien borrada de la historia de Bolivia a no mediar el Diario de Ezequiel Apodaca, que describe con detalle la campaña de Canchas Blancas que acaso es la única derrota inferida por Bolivia al invasor chileno.

Una falsedad se destaca en la Pág. 217, cuando dice: “En 2004 en ocasión del centenario de la firma del Tratado los hermanos Víctor Hugo y Wilfredo Chávez pusieron a consideración del gobierno de Mesa Gisbert una propuesta para que Bolivia hiciese una demanda internacional contra Chile, cuyo pilar fuese el Tratado de 1904, basada en el argumento de que en el citado documento Bolivia había reconocido la soberanía chilena sobre algunos territorios ubicados entre los paralelos 23 y 24. El Protocolo de 15 de noviembre de 1904 incorporó el explícito reconocimiento de Bolivia sobre esos puntos geográficos. Tampoco consideraron el desconocimiento de Chile de los acuerdos de 1874 y la evidencia incontrastable de que los Tratados de 1895 no entraron en vigor. Es por esas razones que después de un exhaustivo análisis realizado por el entonces viceministro Jorge Gumucio, quien hizo una consulta a un destacado grupo de abogados, el gobierno de Mesa Gisbert desestimó la consideración de esa propuesta”.

Al margen de lo que hubiera recomendado ese “destacado grupo de abogados”, en libros anteriores de mi autoría he manifestado que el embajador Alberto Gutiérrez, que firmó dicho Protocolo, carecía de mandato para ceder otros territorios no comprendidos en el Pacto de Tregua de 1874; si éste fue encomendado para negociar el Tratado de Paz, no tenía facultades para ceder territorios no descritos en aquel Pacto ni aceptar ocupaciones del paralelo 23 al 24, por lo tanto careció de competencia para firmar el Protocolo de 15 de noviembre de 1904.

La denuncia de la nulidad de la apropiación chilena de territorios entre los Paralelos 23 y 24 y de las islas adyacentes es de exclusiva autoría mía, no había sido hecha antes por ningún autor. Fue defendida como Tesis por mí persona, en sesión pública de la Academia Boliviana de Historia Militar para optar el grado de Académico de Número, el 18 de julio de 2002, documento que prologado por don Gastón Velasco fue publicado como libro el mismo mes de julio de 2002, con sello de Amigos del Libro en la imprenta Hisbol S.R.L., con segunda edición en Plural Editores, en mayo de 2004; tema más ampliamente desarrollado en mi libro “Nulidad de Una apropiación Chilena, Territorio boliviano entre los Paralelos 23 y 24” Plural editores, febrero de 2006.

En ambos libros, además, he denunciado que el territorio dentro del arco del río Loa, donde se encuentra Chuquicamata y Calama, sigue siendo boliviano porque no fue objeto de cesión alguna por Bolivia.

Después, estas cuestiones han sido manejadas por muchos autores, sin citar la fuente.

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