Los niños del taller "Pintando mi vida", dirigido por Suma Montero, presentaron sus trabajos en una muestra conjunta en el espacio Simón I. Patiño.
"Estoy muy contenta con el trabajo realizado, pues mientras la mayor parte de nuestra sociedad vive preocupada por ser normal, los niños de mi taller nos demuestran que ser diferente es ser libre", dijo Montero en la ceremonia inaugural.
Los pequeños artistas, con autismo, encuentran en la pintura una terapia, que implica otra manera de mirar y sentir la vida.
"Si bien algunos niños sufren un autismo avanzado y esta fue su primera experiencia en el arte, igual fueron partícipes del taller; en esa aparente coraza que los envolvía, hicieron arte con una delicadeza que surgía desde lo más hondo", comentó la maestra de pintura.
El taller fue creado para niños con capacidades diferentes, enfermedades terminales, transtornos emocionales y ahora para niños con autismo.