La lenta pérdida de la visión no impidió que el artista Gil Imaná se desvincule del lenguaje artístico que le nace del alma.
Él posee un talento innato para el arte plástico y es justamente esa pasión que le impulsó a celebrar su centésima exposición, con una recopilación de sus obras que captan el sentir de un pueblo, de una sociedad y su entorno.
Fue en el artespacio CAF, donde se reunieron cultores del arte y público que valora el estilo de uno de los pintores más representativos de nuestro país.