Don Quijote de la Mancha ha tenido y seguirá teniendo discípulos en cuanto a aquello de ser un peregrino de la imaginación. Uno de ellos en Bolivia puede ser Mariano Baptista Gumucio, ya veterano en cuanto a producir libros (32), pero infatigable en seguir tras las huellas de las batallas de la cultura para compenetrarse de más logros y hallazgos, así como olvidos y abandonos.
Quizás con ese temperamento, más que en otras ocasiones, acaba de producir el libro “Por la libertad y la cultura”, para lo que contó con el apoyo del editor don Luis Urquieta Molleda, él también escritor y, por tanto, darle un sesgo a su labor productiva y asumir con generosidad e hidalguía otro empeño, en este caso respaldar la insaciable inquietud de Mariano por seguir, con pluma en mano, nuevos aprontes que deseaba concretar Mariano, “El mago”, como se le identifica como otros de sus patronímicos.
Es más que probable que a uno y otro satisfizo sus inquietudes y esperanzas con la nueva obra de Mariano. A lo largo de 390 páginas, en formato mayor, el reto que plantea es peregrinar por todo el inmenso espacio que abarcó para producir sus anteriores obras, en algún sentido con un cierto carácter antológico. Es decir recrear, con renovados bríos, lo mucho que hizo antes y cubrir otros que habían sido todavía intocados por su inquieta diestra de escritor.
Aquello de ser el equivalente de un discípulo más de don Quijote, dio rienda suelta a la imaginación y, a veces, a la torpe realidad, como le sucediera al ilustre hidalgo, no tanto porque hiciera algo concreto y edificara en su afiebrada mente múltiples “ventas”, que le servían de asidero para producir un historia memorable, que seguirá perdurando por los tiempos de los tiempos. Tal es la ingeniosidad que explaya para justificar sus andanzas, pero al mismo tiempo desgranar de su mente ilusa impactantes aventuras.
Mariano en concepto de su editor, al escribir la introducción de la obra, empieza por expresar que es un “vigía de la cultura”. Luego anota que “Este libro es singular, primero porque rinde homenaje a un autor en vida por su ingente labor en pro de la cultura boliviana y que continuará trabajando de manera tesonera y sostenida a pesar de los obstáculos e incomprensiones en un medio avaro de solidaridad y reconocimiento”.
Añade luego que “Mariano Baptista Gumucio ha cumplido sesenta años como periodista y escritor, y tres quinquenios como conductor del primer programa cultural de la televisión Nacional: Identidad y magia de Bolivia emitido semanalmente primero en canal 7 y ahora en Cadena “A”. La publicación de esta obra coincide también con el número 600 del Suplemento Cultural “El Duende”, editado bajo mi dirección desde 1993. De manera que podemos hablar de una triple celebración”.
“Por la libertad y la cultura” es una obra que hay que leer porque sólo con esfuerzo visual y algo más del tiempo que se dedica a un libro, tiene la magnífica oportunidad de conocer el pensamiento y un atisbo de su obra de poetas y escritores de Bolivia entrevistados por Mariano, como Augusto Guzmán, Walter Montenegro, Rosario Aquim, Tita Sáez y Alfonso Gumucio Dagron. Todos ellos englobados en la sección “Poetas y escritores de Bolivia”.
Asimismo, incluye las experiencias de Mariano en el servicio público como Ministro de Educación, en tres ocasiones, con distintos gobiernos; como Embajador en Estados Unidos y en distintas funciones diplomáticas en países de Europa.
Algo relevante en su carrera testimonial. Ser creador de iniciativas y realizador en torno a la educación le significó recibir el Premio Mohamed Reza Pahlevi y Nadejka K. Krupshikai 1976. Remarca también que su obsesión de vida es impulsar la creación de premios culturales nacionales.
Reproduce algunos textos de los comentario que escribieron distintos cultores de las letras sobre sus obras. Incluye a su vez nuevos textos suyos sobre temas nacionales, en algunas ocasiones con palabras dolidas por lo poco que se escribe en Bolivia y lo mucho que queda por decir de este extraordinario país que es Bolivia, en todas sus dimensiones y aristas.
Como expone el propio editor del libro, en suma, se trata de una suerte de biografía fragmentaria o si se quiere tiene mucho de autobiografía. Pero estas características de la obra se aproximan a una especie de enciclopedia sobre las luchas por la libertad que se han librado y, obviamente, con mayor énfasis en las de la cultura. Porque son verdaderos combates por su diversidad y enriquecimiento.
A pesar de todo lo que puede suponerse, Mariano es el único intelectual boliviano que más ha viajado por todas las latitudes del orbe. El testimonio se halla en las fotografías que acompañan al texto. Muchos de esos lugares tienen además historias.
En el periodismo, que lo ejerció desde joven, tuvo su culminación cuando fue dinámico director del ya desparecido vespertino Ultima Hora, que era una de las tradiciones ilustradas de La Paz. Al no tener desmayos en la labor de comentarista e informador, ha recibido muy merecidamente el Premio Nacional de Periodismo 2011, otorgado en los buenos tiempos de la Asociación de Periodistas de La Paz, el Premio de Periodismo de la extinta Fundación, la Bandera de Oro del Senado Nacional y otros.
Mariano tiene 83 años de edad, nació en Cochabamba el 11 de diciembre de 1933 y es bisnieto de Mariano Baptista Caserta, presidente de Bolivia en 1862-1866, distinguido por haber sido el mayor orador de la historia del país. No obstante de tener edad avanzada, sigue con los mismos bríos de recorrer el país, cámara filmadora en mano y cada domingo proporciona lecciones imperecederas sobre los reportajes que presenta en Cadena A.
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