Científicos de la Universidad de Monash, Australia, han cuestionado el consejo de beber una cantidad de agua predeterminada al margen de la predisposición física. En el estudio, cuyos resultados han sido publicados en la página web de la universidad, los investigadores analizaron con una resonancia magnética los procesos que surgen en nuestro cerebro cuando nos obligamos a beber agua, aunque nuestro cuerpo no demuestre deseos de hacerlo.
Resultó que el cerebro activa los procesos de “inhibición de ingesta” tras el consumo de líquido en exceso. Este mecanismo del cuerpo humano sirve para regular la ingesta de líquidos y nos protege de un exceso de agua, que puede causar una intoxicación potencialmente fatal. (rt.com)