Agua: ejemplo notable

En la serie de artículos que escribí sobre el agua en el mundo y Bolivia, hice notar la gran crisis que ya se ha comenzado a notar con la desaparición del Poopó, la sequía del Pilcomayo, el descenso del Titicaca, la disminución de las aguas en Tajzara (Tarija) y el descenso de los acuíferos en el valle cochabambino y que es necesario atacar con políticas y proyectos de corto, mediano y largo plazo.

El Perú nos da un ejemplo con el extraordinario proyecto que acaba de iniciar y sobre el cual resumiré los aspectos principales en las próximas líneas.

Según nos informa EFE, a 2000 metros bajo los Andes, el acueducto más profundo de América conduce el agua para que miles de hectáreas de frutas y hortalizas crezcan en una de las zonas desérticas y pobres de Perú, cuyo desarrollo económico se disparará este año al exportar sus primeras cosechas a Norteamérica y Europa.

El acueducto, una de las mayores obras de ingeniería realizadas en Perú, atraviesa 20 Km de cordillera para desviar las aguas del río Huancabamba hasta la costa norte en Perú, donde se utiliza para regar 43.500 Has. de cultivos sembrados en pleno desierto.

Así funciona el proyecto de trasvase e irrigación Olmos, a 900 Km de Lima y que demandó una inversión total de 600 millones de dólares. Según informe de la empresa concesionaria del proyecto H2Olmos Odebrecht Latinvest.

El túnel ideado hace unos 90 años por el ingeniero británico Charles Sutton y concluido el 2012, alivió el déficit hídrico de los secos valles de Olmos en la región de Lambayeque, donde llueve menos de 250 mms/año.

La perforación del túnel de 4,8 metros de diámetro con una capacidad de 42 m3/seg. se realizó con una tuneladora diseñada expresamente para el proyecto y construida pieza por pieza dentro del mismo.

Una vez concluido el agua llega al acueducto desde la presa Limón, un muro de 330 metros de longitud y 43 de alto construido en el cauce del Huancabamba para embalsar hasta 30 millones de m3 de agua y primer punto de una ruta de 65 Km hasta alcanzar los cultivos.

En esas tierras antes improductivas ya hay unas 12.000 Has. en producción, donde crece azúcar, uvas, paltos, mangos, espárragos e incluso arándanos. Actualmente se da empleo a 4.000 personas, informó a EFE el gerente de desarrollo de las concesiones de irrigación.

El ejecutivo estimó que el proyecto generará 30.000 puestos de trabajo directos y 100.000 indirectos cuando sus 43.500 Has. estén operativas, lo que motivará la construcción de una nueva ciudad para 70.000 habitantes aledaña a los campos.

Entre las tierras de cultivo hay 5.500 Has. de campesinos del Valle Viejo de Olmos y 38.000 Has. adquiridas por empresas peruanas, chilenas, estadounidenses y europeas cuyo valor de producción rondará los 650 millones de dólares.

Sería conveniente considerar el costo de este proyecto frente al creciente costo de Misicuni, que regará 23.000 Has. y es una obra menos compleja y su puesta en marcha sigue postergándose. ¿La Contraloría y un grupo independiente de profesionales evaluadores no podrían investigar este caso?

Para concluir, requerimos imitar este ejemplo para encarar el futuro riesgoso que se avecina en materia de agua y la producción de alimentos.