Las décadas de los años sesenta y setenta del pasado siglo estuvieron en la política mundial marcadas por la “guerra fría”, es decir la pugna entre las dos corrientes ideológicas destacadas en ese tiempo, el capitalismo de corte liberal democrático y el socialismo comunista, liderados por los Estados Unidos y la extinta Unión Soviética, y en América Latina, por la repercusión que tuvo la revolución cubana y los intentos de expandirla a otros países. En esa política de “exportación” de la revolución de los Castro, vino a nuestra Patria el guerrillero argentino - cubano Ernesto Guevara, conocido por el “Che” y que al decir a algunos de sus colaboradores en la guerrilla que organizó, ésta le fue preparada en Bolivia, precisamente para deshacerse de él, en cumplimiento del acuerdo USA-URSS de la convivencia pacífica y el cese de acciones en el territorio controlado por una u otra potencia.
La negativa del partido comunista boliviano a apoyar a la guerrilla (seguramente por instrucciones de la URSS), le determinó al “Che” su pronta liquidación, la misma que, sin embargo, tuvo un alto costo de vidas de jóvenes oficiales y soldados del Ejército boliviano, que no estaban preparados para enfrentar la lucha guerrillera.
Entre los oficiales movilizados estuvo el entonces capitán Gary Prado Salmón, que desde sus años de formación militar en Colegio Militar se destacó, habiendo sido Brigadier y líder de la oficialidad joven de su tiempo. Hijo de un destacado jefe militar que fue ministro del presidente Villarroel y “radepista”, el Grl. Julio Prado Montaño, de vocación y conducta democrática, criticó a los gobiernos militares más radicales, habiéndose levantado contra el gobierno de Banzer en su periodo “de facto”.
El Presidente del Estado Plurinacional, que ha asumido el papel de “juez supremo”, que condena o expulsa según su opinión personal a unos y otros, y que ahora ha descubierto el medio de comunicación de las redes sociales, ha acusado a Prado Salmón de “General de la dictadura, asesino del Che y “separatista”, y en su peregrinación a Vallegrande, donde se inauguró el Centro Cultural Ernesto Che Guevara, volvió a acusar al Gral. Prado de la ejecución del guerrillero argentino – cubano.
Lo cierto es que en cumplimiento de la Constitución y las normas castrenses, al aparecer en suelo patrio grupos armados extranjeros en su mayoría, para intentar instalar un régimen comunista al estilo cubano, fueron movilizados a la zona de operaciones las Fuerzas Armadas de la Nación, en especial el glorioso Ejército, para enfrentar y liquidar cualquier agresión armada, venga de donde venga.
En cumplimiento del deber militar y ciudadano, fueron desplazados a la zona de operaciones algunos cientos de militares y soldados bolivianos, hasta liquidar y derrotar a las fuerzas guerrilleras que actuaban militarmente en suelo boliviano, y precisamente fue el entonces Capitán Gary Prado que en pleno teatro de combate, no en escritorios o discursos, en cumplimiento del deber sagrado de defender el territorio patrio, capturó al jefe y cabecilla de la guerrilla cubana.
Como corresponde en los reglamentos militares, el Capitán Prado dio parte a la superioridad, de la captura del jefe guerrillero y entregado vivo en la Higuera, como lo afirma el periodista y estudioso del tema del “Che”, Carlos Soria Galvarro, en uno de sus varios estudios publicados.
La decisión de la ejecución del guerrillero derrotado y preso en la Higuera fue tomada, de acuerdo con estudios y develaciones, por el entonces presidente René Barrientos Ortuño, el Gral. Alfredo Ovando, Comandante en Jefe y el entonces Jefe de Estado Mayor, Gral. Juan José Torres, y transmitida la orden al jefe de operaciones en el teatro de operaciones. El Capitán Prado retornó a la zona de combate a efectuar la “limpieza” o “rastrillaje”, como corresponde en el arte militar.
La arremetida acusatoria a Prado Salmón pareciera confirmar que su largo proceso judicial, ausente de pruebas contundentes, responde más bien a un acto de venganza contra el captor en combate del jefe guerrillero.
El Che Guevara, al invadir con fuerza armada el suelo boliviano, hizo realidad la estrofa del Himno Nacional que dice: “Si extranjero poder algún día, sojuzgar a Bolivia intentare, a destino fatal se prepare, que amenaza a soberbio invasor”.
El autor es abogado y Licenciado en C.C. Políticas.
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