Las Flaviadas

Las Flaviadas han cumplido una centuria y para los lectores que no conocían esta edificante actividad, se aclara que se trataba de reuniones musicales organizadas por D. Flavio Machicado Vizcarra, cuya pasión por la música ingresó a la perpetuidad por la mies de enseñanzas de la música selecta que sembró en los miles de asistentes que participaban en las Flaviadas en el decurso de los años.

Los lectores comprenderán las razones que impelieron a D. Flavio al inclinar sus preferencias hacia la producción única y excepcional de Juan Sebastián Bach, Ludwig Van Beethoven, Wolfgang A. Mozart y Richard Wagner. Son cuatro nombres de temperamentos diversos, empero, aproximados por la belleza de su estilo y el mensaje imperecedero que difuminaron a la humanidad, se encuentra en la Naturaleza, como fuente de inspiración, además de los motivos fundamentales de Dios y la creación del mundo, ámbitos donde los cuatro maestros concentraban sus aptitudes y sentimientos.

Flavio Machicado Viscarra fue un demiurgo musical, pues Las Flaviadas no solo eran reuniones musicales en las cuales se apreciaba las creaciones clásicas de los grandes maestros de la música, sino Flavio les insuflaba un valor intrínseco inmensurable al asumir con profundo conocimiento la acción de un verdadero pedagogo de los acordes musicales, estructura, motivación y momento histórico, aspectos tan vitales, que los transmitía con afabilidad y entusiasmo genuino, aclarando las diferentes dominancias del compositor, así como todas las transiciones y movimientos y la riqueza de conocimiento que transmitía las unía hábilmente al momento histórico del compositor para que pueda introducirse en el oyente en el tiempo y en el espacio, incluyendo naturalmente sus vaivenes sentimentales y amores en capullo y fallidos .

De esta bien pensada y estructurada forma los asistentes a Las Flaviadas recogían ciertamente una aproximación muy cercana a las principales obras clásicas musicales que son un patrimonio de la humanidad y que elevan el espíritu del más reticente, siendo un estímulo muy válido para vivir una vida diferenciada que despierta los sentimientos más nobles de la persona, en equiparación negativa a quien no se aproxima a la música.

La integridad del mundo maravilloso de la música quiso Flavio Machicado Viscarra asimilarlo y retenerlo y, así fue, para mujeres y hombres, que la música se consolidó como su religión y el tributo que le rinde la ciudad de La Paz en forma hebdomadaria está destinado a su culto en Las Flaviadas.

Se trataba de un hombre con un caudal superlativo de sensibilidad y generosidad para dispersar el polen de su conocimiento musical sin distinción.

El autor es abogado, posgrado en Educación Superior e Interculturalidad, docente universitario, escritor.