Entre el millón y medio de especies de animales que se han catalogado (y sin contar con las que están por descubrir), hay un puñado de “bichos” desagradables que pueden morder, picar, arañar, parasitar, devorar, aplastar, electrocutar o envenenar al viajero desprevenido. O al desprevenido a secas.
Isidoro Merino ha publicado “1.000 maneras estúpidas de morir por culpa de un animal” en la editorial Planeta. Este periodista de viajes ha recopilado una amplia colección de animales letales, peligrosos o simplemente repugnantes, para deleite del lector inquieto... y poco aprehensivo.