Segundo aguinaldo, ¿error o acierto?

La noticia de la suspensión del doble aguinaldo no fue una sorpresa, ni mucho menos, y había sido anunciada entre líneas tanto por el Primer mandatario como por el Ministro de Economía. Es más, con anticipación no solo se aseguró esa decisión oficial sino que se filtraron informaciones acerca de que la medida era más probable porque el país no se encuentra en etapa electoral. ¿Pero esta medida fue un error o un acierto?

Los anticipos sobre la suspensión del pago de ese beneficio monetario por parte de los empresarios y el Estado a los obreros y funcionarios, respectivamente, fueron mostrados con claridad cuando, en primer lugar, el Presidente del Estado afirmó en el Mensaje del 6 de agosto que temía que el crecimiento de la economía no iría a llegar al 4,5 por ciento para garantizar el pago del emolumento. Es más, enseguida, el Ministro de Economía, a manera de preparar a la clase laboral en cuanto al no-pago del segundo aguinaldo, afirmó que esperaba que los estudios que realizaba el Instituto Nacional de Estadística (INE) no confirmen lo que dijo el primer mandatario, porque entonces el pago del aguinaldo no se realizaría.

Mientras por un lado la opinión pública ya presentía lo que se venía, importantes organizaciones empresariales empezaron asegurar que el doble aguinaldo puso en dificultades su existencia, que estaban al borde de la quiebra, que no podrían resistir otro “golpe”, etc., lo que les precipitaría a cerrar sus negocios, por lo menos rebajar los salarios o producir una ola de desempleo de magnitud. Los agricultores del Oriente llegaron inclusive a declararse en quiebra.

Para completar ese panorama de pesimismo financiero, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ofreció un puntillazo devastador, por el cual destacó que el crecimiento económico del país solo llegaba al 3,7 por ciento, dato estadístico que fue otra alerta para la población laboral o más propiamente un indicador para que no tenga esperanzas en cuanto al doble beneficio. Otro dato que mostró las orejas del impedimento del pago del caso fue que, según el INE, la economía del país está en decrecimiento sostenido desde el año 2014.

Así, en forma general, el segundo aguinaldo se fue mostrando cada vez más lejano y en esa forma, su suspensión estaba anunciada, de tal manera que una sorpresa ya no era de esperarse. Finalmente, la gota que hizo rebasar la copa fue la agudización de la sequía, que hizo caer la producción agropecuaria con una serie de repercusiones. A eso se sumaron la caída de la producción minera y el bajón de la producción de hidrocarburos, mostrando, así, en forma general que la economía del país no se encuentra “blindada”. Al parecer, el único aspecto que no se habría tomado en cuenta es el referido a los efectos políticos de la suspensión del doble aguinaldo, entre los que se cuenta la decepción que sufrieron los obreros, que amenazan con ponerse en posición frontal contra el gobierno y el optimismo de los empresarios, que al ver la anulación del aguinaldo les llevaría a mejorar sus relaciones con el Estado, las mismas que se van acrecentando desde meses atrás, tema que perfila interesantes perspectivas políticas.