Cuando se está a sólo 50 Km. de Ilo, es urgente que el Gobierno adopte una serie de medidas en ese lugar, cedido por Perú por 99 años para que sirva de puerto a Bolivia, a fin de hacer efectiva esta importante posibilidad.
Habrá que olvidarse de Arica, de las complicaciones que estaría poniendo Chile para la carga boliviana.
En Ilo hay mucho por hacer, empezando por habilitar el puerto que sería utilizado por Bolivia y terminando por definir y tomar medidas sobre la ocupación del resto de ese espacio.
Anteriormente se habló que podría instalarse un área turística, con características de pequeña ciudad que tenga alojamientos, hoteles, servicios e incluso comercio en general.
Se mencionó igualmente, que en las estribaciones próximas a la cordillera de Los Andes se podría contar con algunas empresas industriales y comerciales, de manera que todo Ilo tenga las características de un lugar de vida activa y propia.
Para todo ello, el Gobierno desde ahora tiene que empezar a designar el personal que prepare los proyectos respectivos y un cuerpo legal que defina los derechos de propiedad u otros que conciernan a una situación tan especial como sería Ilo para Bolivia.
En concreto, es hora de olvidarse de los problemas reales o artificiales con Chile, para volcar todos los esfuerzos del país en el puerto de Ilo. De comienzo, se sabe que hay que efectuar trabajos de calado para el atraque de barcos que utilice el país tanto para sus importaciones como sus exportaciones.
Se sabe también que no tiene precisamente aguas tranquilas, de manera que un cuerpo de ingenieros debe resolver los problemas técnicos y, obviamente, iniciar los trabajos pertinentes cuanto antes.
Se cometió ya un grave descuido para aprovechar Ilo, pero a estar horas no es cuestión de llorar sobre la leche derramada. Lo que hay que hacer es poner manos a la obra, cuanto antes.
De acuerdo con el informe que proporcionó ayer EL DIARIO, la construcción de los 50 Km. de carretera que falta para llegar a Ilo, su conclusión puede demorar un año y quizás unos meses más. Esto depende del contrato que se propone suscribir el Gobierno este mes para la ejecución de la obra.
Pero un año o algo más pasan rápido, de manera que lo inmediato es ocuparse de la utilización de Ilo en las mejores condiciones posibles. Desde luego, conviene anotar que su playa es realmente muy apropiada para el turismo, lo que no ocurre con Arica, que tiene pedregones y un espacio muy limitado para poder darse un baño en las aguas del Pacífico. Ilo, en este sentido, ofrece condiciones óptimas en cuanto a espacio utilizable.
Ahora que se tiene prevista una reunión biministerial, encabezada por los presidentes de ambos países, es la oportunidad de ocuparse de Ilo y tomar todos los recaudos necesarios para su mejor aprovechamiento, no sólo de Bolivia sino del propio Perú, que a esa región la tiene casi abandonada.
Ojalá que esta vez, el gabinete “plurinacional” sea efectivo en realizar todos los trabajos que corresponda a cada uno de los ministerios. Basta de seguir en la siesta.
De momento, es ya plausible que se hubiera avanzado bastante en la construcción de la carretera La Paz-Ilo, con sus tramos respectivos. Ahora viene el empujón definitivo y, en términos del interés nacional, crucial. El Gobierno tiene que olvidarse por un tiempo de dedicarse sólo a la política, sino a darle un nuevo horizonte al país. Y no será poca cosa, nada menos que Bolivia se ubicará como país marítimo, con limitaciones, es cierto, pero en un 90 por ciento con ventajas reales, efectivas y ciertas.
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