Aprendamos a ser positivos

Los efectos adversos y las circunstancias desfavorables seguirán su labor de atormentarle mientras continúe manteniéndose con su estado negativo y en su actitud negligente.

Nuestra mente es como una batería que puede emitir energía o emanaciones electromagnéticas por cualquiera de los polos.

Cuando emitimos energía por el polo negativo de la mente vamos causando molestia, incomodidad y malestar en los demás. Tal vez parezca divertido causar dichos efectos en los demás pensando que nadie se va a dar cuenta, por cuanto las emanaciones mentales son invisibles a simple vista; sin embargo, las leyes de la vida no tienen buen humor, quien provoca dolor en los demás pronto lo experimentará en sí mismo y en forma amplificada o perpetuada.

Las emanaciones de pensamientos negativos son verdaderos procesos de envenenamiento que van causando muchas formas de dolor y sufrimiento en las personas del entorno y la responsabilidad por generar dicha acción retorna al individuo que lo provocó, de una o de otra manera haciendo que este experimente en sí mismo, todo el dolor que provocó en otros.

Como la fuerza subconsciente es la que predomina en la mente, puede utilizar dicha fuerza para salir del estado negativo e ingresar en un estado positivo de inmediato. Según Emile Coué: Cuando la voluntad y la imaginación entran en oposición, es la imaginación la que invariablemente se impone.

Muchas son las personas que han intentado y siguen intentando salir de su estado negativo con solo su fuerza de voluntad, y por supuesto, el cambio solo se produce cuando aparece la participación del inconsciente que se manifiesta a través de la imaginación.

Ahora aprenda y prepárese para la próxima vez que entre en estado de inarmonía o de conflicto, si cae en dicho estado no siga hablando ni peleando, salga de la zona de conflicto, siéntese y cierre los ojos, luego pregúntese, ¿Cómo es el estado positivo en que quiero encontrarme ahora mismo?, luego imagínese a sí mismo, en su nuevo estado, con una luz verde o amarilla rodeando su cabeza, ahora imagínese que se habla a sí mismo y escuche su propia voz diciendo con tono seguro y decidido: “Te felicito, ahora puedes sentirte placentero y completamente triunfador”.

Le aseguro, querido lector, que si aplica la técnica fielmente y decide conservarla, conseguirá hacer lo que siempre le pareció imposible de hacer: cambiar y volver al estado positivo y de armonía en cuestión de instantes.

*Pensamiento constructivo para repetir por nueve días:”Mi digestión se vuelve sana y vigorosa”.