País cansado por odios que anarquizan y desunen

Cuánta experiencia habrán acumulado tanto el régimen del MAS que ostenta el poder de la República como los integrantes de una oposición en que destacan muy pocos políticos; ambos, que no siempre toman conciencia de lo aprendido en más de diez años, son virulentos en el hablar y muestran resentimientos, complejos y revanchismos sin ninguna consideración por el pueblo. La verdad es que el país está cansado por todo lo negativo que protagonizan personajes que podían haber aprendido mucho y actúan en sentido contrario como si estuviesen en vísperas de aprender y experimentar lo que es y debe ser el país, lo que implican la democracia y las libertades.

Hay empeño en el gobierno y la oposición por conseguir que las elecciones aún lejanas permitan ratificar al actual régimen que buscará una nueva reelección o, por la otra parte, una oposición aún dividida, que pueda ganar en el proceso electoral. Entretanto, la oposición vive obnubilada por los yerros del régimen pero no siempre aporta las soluciones. Todo muestra que para nuestros políticos lo que cuenta es el poder, que para ellos no hay aportes y medios desde el llano y no quieren ser constructivos pensando en el país. Hay soberbia porque cada uno está muy lejos de entender lo que es vocación en pro del bien común y menos unión para el logro de soluciones, unión para evitar discordancias y más división con miras a alcanzar sitiales o estados de armonía y concordia entre todos. Es triste el papel que juegan nuestros políticos, con alguna excepción que es constructiva.

El gobierno del MAS, casi siempre contrario a todo razonamiento en pro de la concordia y la paz, casi indiferente no quiere o no puede entender la necesidad de hacer gestión administrando al país; tampoco quiere comprender que por los caminos recorridos desde el año 2006 no llegará a nada y perderá cada vez más el apoyo y confianza de esa parte de la colectividad que ha creído y apoyado los enunciados de “cambios”. ¿Se dará cuenta de que sus propias políticas le hacen perder credibilidad y apoyo? ¿Habrá sopesado cuánto ha hecho y cuánto ha dejado de hacer teniendo los medios en sus manos? ¿Habrá medido los beneficios que trajeron los altos precios del gas, minerales y materias primas que exportamos y que dieron réditos importantes a la economía nacional? ¿Habrá medido, a conciencia, sus conductas nada austeras, con gastos dispendiosos, con permisividad a la economía informal y a la corrupción? ¿Verá lo malo que es no tomar medidas drásticas contra el narcotráfico teniendo en cuenta que lo hecho no es suficiente? ¿Medirá detenidamente el haber comprimido y hasta cerrado posibilidades a la producción interna de alimentos y artículos de uso y consumo? ¿Sopesará su permanente animadversión a la oposición que tiene los mismos derechos que el MAS?

Hay cansancio por la repetición de hechos negativos que perjudican no solamente al Estado sino al propio gobierno que se ve imposibilitado de trabajar constructivamente; cansancio por odios y revanchismos que acomplejan más a los que ven todo mal y hasta crean “cárteles de la mentira en los medios de comunicación” que no concilian posiciones con ellos; hay cansancio de no tener en cuenta que todos somos integrantes de la misma patria que merece todo el apoyo, trabajo, unión y entrega de sus hijos que son todos los bolivianos y los que residen en el país pero que lo aman y desean su desarrollo y anhelan paz y concordia para todos.

Es urgente que el gobierno administre y haga gestión optando conductas austeras, constructivas y unificadoras; adopte medidas valientes para combatir lo malo y emprenda obras que sean necesarias haciendo abstracción de lo fantasioso e inútil. Será óptimo y constructivo que la oposición, en conjunción de propósitos, abandone las posiciones negativas y tenga una conducta constructiva y responsable. Este tiempo debe ser de paz y concordia porque no pueden continuar los complejos y todo aquello que tanto daño ocasiona al pueblo que es merecedor de un país con desarrollo armónico y sostenido.