Salvemos El Bala

El gobierno del régimen populista que gobierna nuestro país hace ya casi 11 años y que ha administrado alrededor de 200.000 millones de dólares, debido a elevados ingresos que tuvo el país por los precios de las materias primas que exportamos, “como nunca antes”, al bajar estos precios debido a los cambios cíclicos de la economía mundial y al no haberse diversificado la economía nacional, ahora aparece con su propuesta de convertir el país en el “corazón energético de Sudamérica”, y para esa intención, pretende construir represas que generen energía hidroeléctrica en El Bala y Chepete, precisamente en los parques Madidi y Pilón Lajas.

La mentalidad “extractivista” de los gobernantes, los ha llevado a volcar sus propósitos para generar ingresos, de los hidrocarburos y minerales, a la generación de energía para exportarla al exterior, y para ello aparecen los proyectos inconclusos de hidroeléctricas, energía atómica y otros, sin tomar en cuenta la opinión de los grupos humanos directamente afectados por esos proyectos y la opinión del pueblo (opinión pública que se expresa a través de los medios).

En el caso de El Bala y Chepete, no sólo que no se ha informado a cabalidad sobre el impacto ambiental, el mismo que en opinión de expertos profesionales y técnicos, ha de provocar un desequilibrio en el ecosistema de la región y en todo el trayecto del curso de agua actual, es decir un efecto devastador al medio ambiente.

El Madidi paceño es uno de los lugares con mayor biodiversidad del planeta, pues alberga a cerca del 15% de especies de aves, mamíferos, peces, insectos, y una importante riqueza forestal y vegetal.

Lo más grave de esta intencionalidad que ha de tener un costo millonario de 7.000 millones de dólares, es que en estos tiempos en el mundo civilizado, los proyectos generadores de energía a través de hidroeléctricas han pasado a la historia, pues por sus efectos dañinos al medio ambiente, están siendo reemplazados por otras fuentes de energía, como las eólicas (por el viento), la energía solar, la biomasa, el hidrógeno, pues del agua se puede extraer energía, y al ritmo del avance científico tecnológico, pronto del agua que se utilice en los hogares, se podrá extraer energía y del grafeno (carbono puro) en forma de grafito de alto contenido energético, como lo expuso en estas mismas páginas el Ing. Héctor Revuelta Santa Cruz.

Las políticas incoherentes y contradictorias del régimen populista del MAS nos dejan sorprendidos, pues los discursos en eventos internacionales, la propaganda oficialista, etc., aparecen impregnados de respeto a la “madre tierra” e incluso la propaganda del “vivir bien” está asentada en la armonía con el medio ambiente, sin embargo, por otro lado, se pretende atentar contra el medio ambiente con la construcción de hidroeléctricas como en El Bala y Chepete, la construcción de carreteras en el Tipnis, centro nuclear en El Alto y otros despropósitos que contradicen sus discursos.

El Presidente del Estado Plurinacional en los pasados días encabezó un acto de forestación y reforestación para frenar la erosión de la tierra, y a la vez impulsa proyectos que han de liquidar miles de hectáreas de árboles. La ausencia de políticas y proyectos que respondan a una planificación que responda a la realidad nacional y el desconocimiento de las herramientas científicas sobre administración del Estado, hacen que el gobierno proponga proyectos erráticos que van por uno y otro lado y que al final -como el de las hidroeléctricas- tendrán muy poco beneficio en relación con los daños que van a causar.

El generar energía con miras a venderla al Brasil, que es el vecino que por su dimensión consume importante energía, pero sin tener la certeza de su demanda, pues este gigante vecino tiene una política de autoabastecimiento energético que supera la compra del exterior, podría llevarnos al fracaso con alto costo.

Hasta el año 2025 produciríamos 13.382 MW y sólo requeriremos 2.000 MW, entonces cabe preguntarse ¿tenemos la certeza de poder vender ese excedente de energía? Se ha demostrado en el mundo, que el único camino al pleno desarrollo y crecimiento es el “desarrollo humano” con mejor educación, salud y bienestar, que hace al individuo capaz y competitivo en conocimientos científicos y tecnológicos, y no con el extractivismo y peor cometiendo “crímenes ecológicos”.

El autor es abogado y politólogo.