Centro de Ayuda para la Mujer
• Hasta la fecha, 12 mil mujeres evitaron llegar al aborto
La interrupción y eliminación de una vida humana durante el embarazo no es ya la única opción en la sociedad boliviana actual, debido a que un grupo de mujeres voluntarias del Centro de Ayuda para la Mujer (CAM) presta servicio a todas las mujeres que se encuentran en una etapa difícil y en crisis durante la etapa de gestación.
El CAM trabaja de forma silenciosa en Bolivia con gente voluntaria, nació hace 11 años con la intención de apoyar a las mujeres adolescentes, jóvenes o adultas, solteras o casadas, que sienten que el embarazo es un problema o que este puede traer consecuencias a su vida, explicó a EL DIARIO la directora de La Paz, Melina Carmona.
“Existen muchas mujeres que durante su embarazo se sienten solas y consideran que la mejor manera de resolver su problema es abortar, suponiendo que interrumpir esa vida sin buscar una alternativa para solucionar el conflicto es lo más práctico”.
“Durante el período de la gestación la mujer está más sensible, necesita apoyo por el futuro de ese niño”, añadió la señora Carmona.
CAPTACIÓN
Las mujeres voluntarias se aproximan a la mujer que se encuentra embarazada y que puede que esté confrontando dificultades para llevar adelante el mismo, como una muestra del amor genuino y desinteresado a la que pueden acceder.
“Queremos que esas mujeres embarazadas y que están en una situación de crisis sepan que cuentan con toda nuestra confianza para poder ayudarles”, dijo.
Informó que la tarea de CAM es brindar orientación, acogida, seguimiento durante el embarazo, acompañamiento durante el nacimiento, a través de ayuda médica legal y que puede recurrir a albergues, para demostrarles que no están solas en esta etapa de su vida. En diciembre, se gradúan las primeras 15 madres profesionales.
Además, dentro del proceso, sostuvo que se las ayuda y capacita en ramas técnicas como limpieza, gastronomía, administración del hogar que les permita obtener una fuente laboral como una solución a su situación angustiosa de soledad, pobreza, inseguridad, marginación o rechazo.
El financiamiento de CAM se logra a través de campañas de donación, cenas de beneficencia, aportes voluntarios de personas individuales y empresas que conocen el trabajo de la institución. “De esta manera, el apoyo es gratuito y se cumple uno de sus objetivos”.
CAUSAS
A criterio de la directora, las principales consecuencias y preocupaciones giran en torno a los padres que muchas veces niegan el apoyo y amenazas a sus propios hijos. Otra de las causas es la pareja, que no asumió la paternidad y abandonan a la mujer cuando está embarazada.
La CAM opera en los departamentos de La Paz, Cochabamba, Santa Cruz, Tarija y proyecta abrir una sede en Sucre, debido a que en esta ciudad existe una incidencia muy elevada de embarazos.
La forma de contacto con esta organización puede ser también a través de la página web: www.cambolivia.com y la línea gratuita que habilitó la Fundación Viva 800140218, y el número Watshap 70680132, que facilita a las mujeres que necesitan ayuda y la piden.
MUJERES QUE VIVIERON EL MILAGRO
Janet Copa:
“Me encontraba en un momento de desesperación, el padre de mi hija me abandonó yo tenía 17 años y estaba embarazada y fue una señora quien me encontró y me ayudó hace nueve años atrás, hoy mi hija tiene nueve años. En CAM me acogieron y me dieron su apoyo, pero lo más importante es que me enseñaron lo valioso que es la vida y cómo poder salir adelante cumpliendo mis propósitos, hoy trabajo y me sostengo sola, pero lo más importante fue escuchar que mi hija me diga mamá”.
Milenka Huanca:
“Llegué al CAM en un momento de desesperación y decidida a interrumpir mi embarazo. En ese momento, no tenía las condiciones económicas para tener otro niño, tras haberme quedado viuda con mis dos hijos, y además que mi embarazo fue un producto de una violación, yo estuve decidida a abortar, me comuniqué con CAM y desde entonces recibí apoyo psicológico, con víveres, ropa, capacitación ahora puedo salir adelante y tengo estabilidad para lograrlo”.
María Cristina:
“Me vi embarazada en un momento difícil de mi vida, no tenía dinero, no tenía estabilidad emocional, no tenía apoyo en mi familia, había decidido abortar. Pero conocí una psicóloga que me llevó a CAM hace seis años atrás y desde entonces, pude ver que hay muchas mujeres que pasaron por lo mismo, y que ahora nos ayudamos unas a otras para salir de la depresión que me obligaba a abortar, debo agradecer que luego de tanta ayuda hoy comparto con mis hijas y las aconsejo y acompaño en su desarrollo”.
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