‘La fiesta de las salchichas’, el cine en proyección:
Al crear la comedia para adultos, definir lo que el director Conrad Vernon califica de “la línea del buen gusto” supuso una discusión constante. “La línea no dejaba de moverse de un lado a otro”, comenta. “Unas veces la cruzábamos y otras no llegábamos suficientemente lejos”.
Pero, señala, forzar los límites de lo posible resultó algo natural porque, para un animador, eso es justo lo que hacen. “En la animación, siempre quieres llegar más lejos, ya sea con la historia, o con la ejecución de la animación, porque siempre es más fácil dar un paso atrás”, explica el co-director Greg Tiernan. “Teníamos eso muy arraigado desde el primer día en que empezamos en el mundo de la animación. No te censures, porque ya se encargarán los demás de hacerlo por ti”.
Aun así, como directores, tenían que ser responsables de asegurarse de que, a fin de cuentas, la película ofreciera una experiencia cinematográfica amena. “Tuvimos que tener mucho cuidado para que la película no se limitara simplemente a escandalizar”, sostiene Tiernan. “Esa no fue nunca la intención, se suponía que debía tener personalidad, sentimiento y ofrecer una gran historia. Podíamos ir tan lejos como quisiéramos, pero siempre teníamos que preguntarnos: ‘Vale, ¿esto tiene gracia? ¿Qué aporta a la historia?’”.
Uno de los aspectos que el equipo responsable del proyecto decidió llevar al límite fue el diseño del personaje de Brenda. “Todos estallaron a carcajadas la primera vez que vieron el diseño”, comenta Vernon. “Nuestro diseñador de personajes, Craig Kellman, plantó esa boca vertical ahí, no es de los que se corte. Se lo llevé junto con otros diseños más a Seth y Evan y se pusieron a ojearlos, ‘mola, mola, mola’… y entonces se pusieron a reír y a exclamar ‘Oh, Dios mío’. Al final, hubo un momento en que nos preguntamos, ¿de verdad deberíamos hacerlo? ¿Podrá la gente conectar con ella si tiene una boca vertical?
Por divertida que sea la película, los directores también quisieron dotarla de una gran escala. “Queríamos hacer la película lo más grandiosa, cinematográfica y gloriosa posible”, afirma Vernon. “No solo ofrece un contraste maravilloso con el tema que trata, sino que queríamos que la gente sintiera que tenía que verla en el cine”.
FUENTE DE INSPIRACIÓN
Con esa idea presente, los directores se inspiraron no solo en otras cintas de animación, sino en películas épicas de acción real anteriores. “Nuestra idea en todo momento era hacer como si fuera una película de acción real que simplemente resulta que está animada”, aporta Tiernan. “Más allá de Conrad y yo, todos los demás implicados en sacar adelante el proyecto no tenían experiencia alguna en animación. Abordaron el proyecto desde la perspectiva del cine de acción real, lo que resultó muy refrescante para nosotros”.
Vernon continúa explicando, en cuanto a las fuentes de inspiración del equipo creativo: “Para el pasillo mexicano, fuimos directamente a Sergio Leone, El bueno, el feo y el malo, La muerte tenía un precio, Hasta que llegó su hora... nos fijamos en cómo esas películas resultaban grandiosas y cinematográficas. Nos fijamos en las viejas películas de kung fu de Jackie Chan, porque están todas maravillosamente rodadas. Y, por supuesto, Rescatando al soldado Ryan era algo evidente. Todo lo que usamos, intentamos tomarlo como referencia desde un punto de vista de escala cinematográfica, de visión grandiosa”.
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