Acerca del racismo

Del racismo se habla bastante en Bolivia, a veces confundiéndolo con la discriminación. Ambos extremos, empero, tienen sus diferencias. El racismo nace del origen de alguna sociedad o persona, diferente a la suya, y de la discriminación se dice como que se tratara igualmente de gente diferenciada por razones de origen.

La discriminación, empero, es principalmente una conducta de grupos sociales o personas, mientras que el racismo tiene una larga historia en la humanidad. De ello se tratará de hacer algunas referencias, para no caer en confusiones.

Se entiende como racismo la defensa del sentido racial de un grupo étnico, especialmente cuando convive con otro, así como designa la doctrina antropológica o la ideología política basada en este sentimiento.

Tal es una de las primeras conclusiones que al respecto formula la enciclopedia internacional Wikipedia, que forma parte de los servicios que tiene Internet. Enseguida, otras anotaciones pertinentes al tema.

El primer artículo de la convención internacional sobre la eliminación de todas las formas de discriminación racial (1965) define al racismo como toda distinción, exclusión, restricción o preferencia basada en motivos de raza, color, linaje u origen nacional o étnico que tenga por objeto o por resultado anular o menoscabar el reconocimiento, goce o ejercicio en condiciones de igualdad, de los derechos humanos y libertades fundamentales en las esferas política, económica, social, cultural o en cualquier otra esfera de la vida pública.

De otra parte, existen autores que proponen distinguir entre el racismo en sentido amplio, del racismo en forma restringida. En el primer caso, se trataría de una actitud etnocéntrica o “sociocéntrica”, que separa el grupo propio del ajeno, y que considera que ambos están constituidos por esencias hereditarias e históricas que hacen de los otros, de los ajenos, seres inadmisibles y amenazadores.

Esta concepción de los demás conduciría a su segregación, discriminación, expulsión o exterminio y podría apoyarse en ideas científicas, religiosas o en meras leyendas o sentimientos tradicionales. Trata de afirmar también la superioridad intelectual y moral de unas razas sobre otras, superioridad que se mantiene con la pureza racial y deriva en el mestizaje.

Este tipo de racismo, cuyo modelo contemporáneo es el racismo nazi o el racismo occidental en general, conduce a defender el derecho natural de las razas “superiores” a imponerse sobre las “inferiores”.

En cambio, el racismo, en sentido restringido, sería “una doctrina que afirma la determinación biológica hereditaria de las capacidades intelectuales y morales del individuo, y la división de los grupos humanos en razas, diferenciadas por sus caracteres físicos, asociados a los intelectuales y morales, hereditario e inmutables”.

En Bolivia se habla de racismo como una herencia del coloniaje español en América. Entonces, cabe internarse en los meandros de la historia de España para establecer cómo asimiló una conducta racista, al menos cuando estuvo en América y, en particular, en lo que hoy es Bolivia.

De acuerdo con la versión de Wikipedia, el concepto de “raza” aparece y se desarrolla en España de forma simultánea a los procesos de conquista del sur de la península ibérica y de América.

El coloniaje español en América sostuvo que existían tres razas puras: blanca, negra e indígena. Y de las “cruzas” entre personas de diferentes razas, también llamadas “castas”, emergen los mestizos, chinos, zambos, cristianos viejos y cristianos nuevos.

En América, la clasificación de las personas por su pertenencia racial que hizo España, entonces imperio, llegó a conformar un sistema jurídico de estratos sociales, en el que los hombres blancos estaban en la cima de la pirámide y las mujeres negras en la base, según la pureza o impureza de su sangre, la cual se establecía según sus razas o cruzada racial. Para el sociólogo portorriqueño Ramón Grasfoguel, el racismo en América aparece partir de 1492, pasando a constituirse en un fenómeno colonial.

En el Siglo XIV se desarrolló una concepción racista con apoyo en la ciencia occidental de ese tiempo. Los estudios al respecto anotan que la especie humana estaba dividida en cuatro razas, nombradas a partir del color de piel: raza blanca, raza negra, raza amarilla y raza cobriza.