Todos los Santos

Los días corren vertiginosamente y en su prisa se atropellan unos a otros. Ayer nomás hablábamos de las casas y edificios embrujados con duendes llegados en alfombras voladoras que vinieron de Persia e India y hoy nos encontramos con “Todos Santos”, festividad católica que está “a la vueltita”.

Hablando de todos los santos, mi reportera preguntona quiso saber cómo se llega a esa “categoría privilegiada” que te permite hacer milagros para los necesitados, respondiéndole que yo no sé mucho de esas cosas, pero que los santos son aquellos que viven haciendo la voluntad de Dios.

Y en Bolivia tenemos santos -dijo la indiscreta bambina cochabambina-, respondiéndole que no hay ninguno en el Santoral, que es la guía oficial de esa rarísima actividad.

Mi comadritay se quedó muy triste al saber que no existía una Santa Macacha que la protegiera en esta tierra de pecadores, consolándola con estas palabras: “no existe Santa Macacha, pero sí sé de Santa Margarita María de Alocoque, una mujer escogida por Dios para propagar las bondades del Corazón de Jesús, que vivió en Francia.

Como hablamos de Todos los Santos, y para que ella no se deprimiera le pregunte si ella había tenido la suerte de hallar en su camino laboral del Palacio Real de la plaza Murillo algunos santos que todavía no han sido canonizados por las autoridades de la Iglesia Católica, respondiendo dichosa la periodista que entre los santos desconocidos se hallaba San Evo, Patrono de las Siete Federaciones de Cocaleros del Chapare, donde tiene muchos devotos y una que otra devota perteneciente a la Orden Sagrada de las Bartolinas, donde sobresale por su piedad Santa Felipa Huanca, Santa Nemesia Achacollo, aunque de ésta última ha sido trasladado su oratorio a un establecimiento agropecuario del Oriente boliviano.

También Macacha no dejó de mencionar entre los santos palaciegos a San Juan Ramón Quintana, Patrono de los camioneros y los aduaneros; nos acordamos devotamente del Santo Blindado Luis Arce Catacora, que acaba de encargarse alas de ángel para mejorar su imagen.

Concluimos nuestra charla agradeciendo a Dios por el gran número de santos que tenemos desde hace once años.