Albañilería, el oficio de las paradojas:
En la mayoría de los casos, el jornal que perciben no les permite acceder a créditos bancarios.
Uno pensaría que quienes construyen, como en el caso de los albañiles tienen casa, sin embargo nada más errado pensar de esa manera y como dice el refrán en “casa del herrero cuchillo de palo” y no es porque quieren, sino, porque no les alcanza lo ganado, además de que sus labores no son nada estables y es una de las razones para no acceder siquiera a créditos bancarios.
Construyen cientos de casas a los largo de su vida, seguramente. Pero la mayoría simplemente puede apreciarlas una vez que terminan la construcción de una casa que no es la suya y la habiten otros…nunca ellos.
Son muy pocos los albañiles que tienen casas, gran parte vive en alquiler o en el mejor de los casos en anticréticos, pues la mayoría no percibe un salario que les permita acceder a un crédito, ni en una instancia gubernamental, mucho menos en una institución bancaria, porque ellos no podrían cubrir esos préstamos, les dicen, cuando intentan hacerlo.
Los que tienen alguna vivienda, fueron construidas de manera improvisada, contrariamente erigen buenos cimientos para otros.
Hay que reconocer, que no es el único problema que enfrentan los albañiles: también tienen que lidiar con los jornales inestables que bajan y suben, la falta de seguridad social, la inestabilidad laboral, precarias medidas de seguridad en el trabajo, contratistas que fijan el precios de la mano de obra en las ciudades y con mayor incidencia en Santa Cruz, Cochabamba y La Paz.
"Nos pasamos haciendo casas, pero nosotros no tenemos, las vemos terminadas, nada más; hasta chiste parece, porque no nos alcanza para comprar una. No nos dan crédito y por lo general no accedemos al respaldo económico que nos piden los bancos”, afirma Fermín Choquetarqui, que se dedica durante más de 20 años al badilejo, como afirma.
Agrega "Da coraje que no nos alcance para comprar una casa; de dónde sacamos para la cuota inicial, encima las mensualidades y además nos piden papeleta de pago y estabilidad en el empleo, es algo terrorífico”.
De 95 entrevistados en la ciudad de La Paz, entre maestros y ayudantes; nueve de cada 10 albañiles no tienen seguridad social y menos prestaciones. Suma que sólo 23 por ciento cuenta con contrato escrito, poco más de las tres cuartas partes son contratados en forma verbal, lo cual, no sólo los hace más vulnerables en el respeto a sus derechos laborales, sino que también pone en evidencia la "poca estabilidad" laboral del gremio.
Trabajan más de ocho horas por día y perciben los maestros entre 180-200 bolivianos, promedio por jornada, mientras que los ayudantes 110-120 bolivianos, contramaestros 150, en el momento se incluye alimentación y transporte.
Muchos de los que trabajan de manera independiente o forman un grupo que se contrata en construcción, perciben mayores recursos, ligado a su especialización y la experiencia que hayan desarrollado. También depende de la disponibilidad financiera de la constructora o empresa que los contrate.
CATEGORÍAS Y SALARIOS
Un pago mayor, depende de la experiencia y la mano de obra fina que tenga el albañil, no es lo mismo ser ayudante que maestro, afirma Leonardo V. Vargas, que acotó “Soy medio maestro y sé hacer desde encofrados hasta acabados, y gano 180 bolivianos día, en el mejor de los casos, pero la jornada es más de nueve horas y “hay que meterle pues”, una hora de comida de lunes a viernes y los sábados hasta medio día y de vez en cuando los fines de semana, cuando se apuran las obras.
Un maestro por lo general se rodea de un grupo de trabajadores. "Aquí el maestro tiene gente que lo ha seguido por años, trabajamos por grupo, el maestro trae contratos y él nunca nos ha dejado sin trabajo", aseguró Alfredo Quenta, bachiller y admite que de nada sirve el estudio para ser albañil. “La gente piensa que somos ignorantes y nos ven como gente despreciable, es por el trabajo que realizamos”.
De los 95 albañiles sólo 45 terminaron la primaria, 18 la secundaria, el resto no tienen estudios o lo dejaron en el camino, muy pocos llegan a la universidad.
LAS HORAS EXTRAS
En cuanto al pago de horas extraordinarias, las encuestas revelan que en ocasiones los contratistas, empresas o encargado de obra, les ofrecen los pagos, pero no ocurre tal, sobre todo cuando no hay contrato escrito. "A veces te hacen laburar y anuncian que te pagan las horas extras y solo quedan en promesas caso contrario te pagan con sobras de materiales”, sostiene Carlos F. Romano, ayudante general de albañil y tiene 26 años y percibe al día 120 bolivianos y trabaja en la zona sur en una empresa muy conocida.
Hace la mezcla, contra el tiempo, como él hay muchos e inclusive bastante más jóvenes. Las estimaciones son que 20 de cada 100 trabajadores de esta rama tienen arriba de los 18 años.
Pero en general el problema no es la escasa edad de los trabajadores, sino todo lo contrario, la inestabilidad de la “pega” como afirma Gerardo que vino de Oruro para tratar de ganar un poco más “se va en la comida, porque los albañiles debemos comer bien, sino nos enfermamos y no generamos dinero para la casa, día parado es día sin paga, nuestro cuerpo es la herramienta. Entonces tratamos de comer harto, ¿se dio cuenta? que siempre estamos de hambre, es por el trabajo pesado y hay que cuidarse de los accidentes, porque igual no te pagan si te llevan al hospital y menos te reconocen los medicamentos, son pocos contratistas que te dan. Los constructores grandes, por eso hacen contratos para evitar las cargas sociales”.
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