Refugiados en Europa lidiando por la vida

Cientos de miles de migrantes y refugiados intentan buscar otra vida en los países de Europa, huyendo de la devastación de sus patrias por factores de guerras y persecuciones. El drama estalló a comienzos de 1915 y hasta ahora se contabilizan más 5.600 muertos, básicamente por ahogamientos, al tratar de escapar en precarias embarcaciones.

Huyen del grupo terrorista que se autodenomina Estado Islámico o del hambre y de la miseria que prevalecen en algunos países de Oriente Medio y África. Su empeño reside en llegar a algún país europeo, pero en estos encuentra resistencia y hasta un franco rechazo. Uno de estos casos es el de Hungría, en cuyas fronteras se levantaron muros.

El caso ha sido clasificado como el peor después de la Segundo Guerra Mundial. Familias íntegras, personas de todas las edades, desde ancianos hasta niños, están de por medio, tratando de alcanzar refugio en el continente europeo. Lo hacen por mar y por tierra e igual no se salvan de morir en el intento por los hundimientos de las embarcaciones o los accidentes de los camiones que alcanzan a ocupar.

El año pasado ha sido el más mortífero para los que buscaban atravesar el mar Mediterráneo, al contabilizarse a 3.499 personas muertas o desaparecidas.

En una afluencia sin precedentes, se calcula que unos 800.000 migrantes y refugiados llegaron a Europa. Las reacciones en países de este continente desde el principio hasta el presente están divididas por el deseo de fortificarlo y también por las responsabilidades morales, además de legales, que están muy arraigadas en el tejido político de algunos países.

Sin duda, este es un drama-tragedia que pone en tela de juicio el espíritu humanitario del mundo. Más o menos, por la misma consideración se ha creado la Organización de las Naciones Unidas. El reto, empero, de las proporciones que alcanza el drama de los refugiados, ha sobrepasado todo límite previsto. Este es el punto que crea enorme incertidumbre en el mundo entero.