El Manchester City, impulsado por Kevin De Bruyne e Ilkay Gündogan, se vengó ayer de la goleada de hace dos semanas en el Camp Nou y derrotó con contundencia al Barcelona (3-1) para allanar su pase a octavos de final de la Liga de Campeones y aplazar la clasificación azulgrana.
Después de un trabajado espectáculo pirotécnico y tras la ya tradicional pitada al himno de la Champions por parte de la grada del Etihad, arrancó el encuentro, el duelo estrella de la cuarta jornada de la máxima competición continental.
Sabían los locales de la importancia de sumar los tres puntos ante un equipo al que no habían ganado nunca en cinco partidos de Champions para no complicarse el pase a la siguiente ronda. (Agencias)