En la madrugada del lunes, después de la primera reunión pública en dos años y medio entre el Gobierno y la oposición de Venezuela, monseñor Claudio Maria Celli, mediador del Vaticano, pidió a las partes moderar el lenguaje del debate político. Pero la tregua duró solo 48 horas. Ayer, en su programa de televisión, el presidente Nicolás Maduro cargó contra Voluntad Popular y el diputado Freddy Guevara, el líder de la formación en ausencia de los presos políticos y los cargos exiliados (Leopoldo López y Carlos Vecchio). “(Guevara) Es un cobarde. Él cree que la inmunidad parlamentaria le puede salvar de un carcelazo”, dijo el gobernante venezolano. Luego continuó su descarga calificando como terrorista a la organización y pidiéndole a los poderes públicos que actúen “frente a las amenazas que representa”. Voluntad Popular es el único de los partidos políticos que forman el llamado G4, que controlan la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD), que no se ha sumado al diálogo, argumentando que no existen condiciones.
“Al agredir a Freddy Guevara y a Voluntad Popular el presidente agrede a la mesa de diálogo y se burla de la palabra del papa Francisco”, escribió en Twitter el secretario general de la MUD, Jesús Torrealba. Estas expresiones de Maduro son vistas como una forma de ahondar las diferencias que existen sobre la convocatoria a diálogo entre la oposición, impulsada por tres expresidentes iberoamericanos (José Luis Rodríguez Zapatero, Martín Torrijos y Leonel Fernández) y el Vaticano, que ha utilizado todo su poder para sentar a las partes en conflicto. (elpais.com)