De acuerdo con la tradición católica, todo lo que se puso en la mesa el primer día se llevó a los diferentes cementerios, la jornada de ayer, cuando estaba ya lista la mesa, de a poco se fueron acercando los “resiris” o rezadores a quienes se les da el nombre o nombres de los antepasados para que recen por ellos.
Si entre los difuntos hay niños entonces se hace un rezo cántico, conocido como pulular, parte del cual dice “cielo y angela gloria y angela kitis kitantam sarakisristam”. A cada uno de los rezadores se les da un plato con lo que se preparó para la mesa.
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